La petrolera alemana Wintershall celebró en la ciudad de Kassel sus 125 años de existencia con su habitual conferencia anual, en la que ofreció detalles de sus operaciones en Alemania, Rusia, Noruega y América Latina, donde tiene especial foco en la formación argentina Vaca Muerta.
Con un récord de producción anual en todo el mundo (de 171 millones de barriles de petróleo equivalentes), la petrolera que es parte del grupo petroquímico BASF se fusionará a mitad de este año con DEA, otra gigante compañía de petróleo y gas en Alemania.
Ambas reúnen 245 años de historia y pasarán de producir en conjunto de 590.000 barriles de petróleo equivalentes por día (algo más que la producción solamente de petróleo de todas las empresas en Argentina, que es cercana a los 500.000 barriles por día) a unos 750.000 ó 800.000 barriles de petróleo equivalentes por día en 2023, al menos un 35-40% más que en la actualidad.
Para eso, aunque no es lo más estratégico de su portafolio, la empresa alemana prevéinvertir unos u$s 600 millones en tres años en Argentina, en donde es la cuarta mayor productora de gas.
En la formación Vaca Muerta, Wintershall opera los bloques Aguada Federal y Bandurria Norte, y participa como socio junto a otras petroleras en Neuquén, Mendoza y en Tierra del Fuego.
El plan es desembolsar poco más de u$s 200 millones por año hasta 2021 para seguir con las etapas piloto en Vaca Muerta y luego evaluar la posibilidad de pasar los bloques a desarrollo masivo.
Sin embargo, los cambios en las reglas de juego (en particular, el recorte de los subsidios que entregaba la Resolución 46 del Ministerio de Energía en 2017 al gas de Vaca Muerta) y la falta de infraestructura tiende un manto de dudas.
Es que Wintershall fue una de las productoras afectadas por el cambio de interpretación de la Resolución 46/2017, que le resta y limita los ingresos por el shale gas nuevo producido en Vaca Muerta.
Además, el Estado le debe u$s 120,8 millones por el Plan Gas, programa que empezó el kirchnerismo con el ex ministro de Economía Axel Kicillof en 2013 y luego continuó el ex ministro de Energía Juan José Aranguren hasta 2017. Esa deuda por el gas producido en 2017 se terminará de pagar en 30 cuotas a mediados de 2021, algo que no les cayó simpático a las productoras.
Al igual que otras petroleras, los cambios en los subsidios al gas llevó a Wintershall a pensar en dirigir sus operaciones más a los bloques de petróleo en Vaca Muerta y sacar el pie del acelerador en gas.
Thilo Wieland, director de Upstream (Exploración y Producción) para Rusia, África del Norte y Sudamérica de Wintershall, expresó: “La inversión en Argentina es un pilar nuestro. Hemos desembolsado unos u$s 600 millones en los últimos tres años y tenemos el mismo plan para el futuro”.
A su vez, Wieland sostuvo que el Gobierno argentino “ha adaptado la Resolución 46 y no fue a nuestro favor”, con lo que piensan en invertir más en petróleo.
Wintershall tiene 40 años de experiencia en Argentina y participa en la producción de 15 yacimientos de petróleo y gas en Argentina, con una producción anual de 26 millones de barriles equivalentes de petróleo.
Mario Mehren, CEO mundial de Wintershall, comentó que tienen operaciones en regiones con costos muy razonables, como en Rusia y Argentina. Por caso, tienen un costo de producción promedio de u$s 8 por barril de petróleo equivalente, mientras que el costo de reemplazo a cinco años es de u$s 10 por barril para nuevas reservas.
Con su fusión, Wintershall DEA será la petrolera independiente más grande de Europa. Sin embargo, eso ha generado problemas con algunos de sus trabajadores, ya que según reconocieron habrá un recorte de 1000 puestos de empleo sobre un total de 4200.
“Todo recorte se debe hacer de una manera socialmente aceptable”, postuló Mehren. Un plan de desempleo habitual en Alemania es que los empleados más antiguos, ya cercanos a la jubilación, pueden cobrar hasta un 85% de su sueldo hasta el momento de su eventual retiro, si es que no consiguen antes un nuevo trabajo.
En la puerta protestaban “a la alemana” unas 10 personas, entregando folletos (sin corte de calles ni bombos) en el frío de Kassel (7° C), cuando recién comienza la primavera en Europa.
Fuente: Cronista.