Italia, que estaba sufriendo menos la segunda ola del coronavirus que otros países europeos, vuelve a temer un recrudecimiento de la pandemia en los próximos meses y por eso el Gobierno decidió el uso de obligatorio de tapabocas en espacios públicos.
Si en las últimas semanas los nuevos casos de Covid-19 habrían logrado mantenerse por debajo del umbral de los 2.000 diarios, estos últimos días se dispararon.
El lunes, Italia registró 2.257 nuevos contagios, menos que los 2.578 del domingo, pero también con muchas menos pruebas: solo 60.200. El sábado hubo más de 2.800 infectados: la alarma es absoluta.
El Gobierno de Giuseppe Conte tiene entre las manos un nuevo decreto con más restricciones que con toda probabilidad será presentado en las próximas horas por el ministro de Sanidad, Roberto Speranza.
Entre otras cosas, obligará a los italianos a llevar la tapabocas en todo momento, incluso al aire libre, algo que hasta ahora solo habían impuesto algunas regiones.
Según anticipan los medios de ese país, las multas serán cuantiosas para quienes no respeten esta medida de precaución: la policía castigará con entre 400 y 3.000 euros a quien no lleve la mascarilla de forma correcta. El Ejecutivo prorrogará el estado de emergencia hasta el 31 de enero para agilizar la toma de decisiones. (NA).