Si bien su ámbito laboral lo tiene inmerso en el mundo de la economía, Oscar Liberman formó parte de la 228ª entrega de IngenieroWhite.Com, por La Brújula 24, dando a conocer su profunda relación con la navegación y el espacio marítimo, un lugar sumamente conectado con nuestra localidad.
“No tengo mucha idea de como nació esto, pero sostengo que soy un bicho de agua. Ya de chico, en la escuela, dibujaba un barco todos los días en el cuaderno. Y en un momento determinado, mi tío me llevó al puerto y a caminar por el muelle y quedé fascinado. Me picó el bichito y a partir de ahí siempre quise estar flotando en el mar arriba de algo”, sostuvo.
–¿La navegación está por encima de la economía?
–La economía es la profesión que uno terminó eligiendo. Pasé por el lado de la música, fui al Colegio Industrial y hasta me anoté en química; hasta que un primo mío, que era como un referente, me terminó de hacer decidir por economía. Uno se termina enamorando de lo que hace y trata de hacerlo lo mejor posible.
“Incluso, yo no leo libros de economía fuera del ámbito de trabajo. No quiero ni escuchar hablar de economía, del dólar, ni de nada. Me aburre mucho. En mi vida, la economía está muy abajo en el ranking de prioridades”, reconoció.
–¿Se puede encontrar un punto en común entre la navegación, la economía y nuestro White?
–White es como un collage muy lindo de cosas diversas. Está el polo y sus empresas pegado al puerto y, al mismo tiempo, un pueblo que se gestó al lado de ese muelle, con partes integradas y otras que no. Hay contradicciones de todo tipo, como en un collage.
“Como el barco es mi casa, voy siempre a White. Hay días que se un movimiento enorme y otros días solo vuela polvillo y la gente se queja. Están las casas originales de chapa y madera, y casas nuevas al lado. Hasta el pan de todos los día voy a comprarlo a White. Esos contrastes típicos no los encontrás en Bahía”, amplió Liberman.
–¿Con qué embarcaciones contás para hacer tus salidas?
–Tengo un velero chico que hace 4 años no lo uso, pero que en su momento fue el original con el que volví al mar después de 20 años sin hacerlo. Después tengo el que uso actualmente y me estoy terminando uno más grande para irme lejos y hacer un gran viaje.
–¿Cómo describirías el espacio natural que tenemos en el estuario?
–Para mí la ría es el paraíso. Es la naturaleza sin pasteurizar. Si te gusta, te encanta. Es tan poco lo que el hombre pudo variar, que uno camina por los islotes y tiene la certeza de que está pisando tierra virgen. Te sentís primitivo y te conectás con ese paisaje tan brutal.
“He tenido encuentros con delfines y orcas, travesías largas y otras más cortas. Mi idea es cruzar el Atlántico cuando tenga mi barco nuevo. Lo natural termina siendo una pasión”, afirmó.
Dos ítems importantes
–La naturaleza
“El mar da para todo y hay que ser respetuoso en la relación que uno tiene con la naturaleza. Me molesta que, por ejemplo, no tengamos una planta de tratamiento de efluentes. La pesca, en tanto, si no es invasiva está perfecto”.
–La economía argentina
“Si bien el dólar depende de otras variables, como créditos y demás, lo veo cercano a los 18 pesos. La deuda que se generó de gobiernos anteriores y que este gobierno le dio continuidad en algún momento hay que cancelarla porque es una bomba de tiempo. Eso sí, sacando la inflación se terminan todas estas charlas. El tema es erradicarla”.