Mientras los sectores masivos negocian nuevos acuerdos de precios con el Gobierno, y reactivan uno de los canales que le permitió a un grupo concentrado de marcas mantener el nivel de aprobación de permisos para importar en SIRA, el resto, analiza el impacto de la devaluación de 22%.
El nuevo gravamen que carga con una tasa de entre 7,5% y 30% el acceso a dólares para pagar bienes o servicios en el exterior -según su posición arancelaria- fue interpretado como un “golpe duro” pero el salto del dólar oficial es señalada como un “shock”, principalmente, para los sectores pyme con menos capacidad de “cobertura”.
En el caso de importadores que encargaron productos meses atrás, ahora deben afrontar un dólar a $350 más el nuevo tributo. Los grandes del negocio tienen capacidad de analizar curvas, anticipar el costo de la devaluación que se venía instalando en el marco de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y optar por mecanismos de resguardo.
El golpe se vuelve más duro para las pymes que no siempre manejan instrumentos financieros de mayor tecnicidad y, por otro lado, no están dispuestas a operar con dólares financieros porque cierran la puerta de acceso al Mercado Libre y Único de Cambios (MULC).
Los casos más preocupantes son los de firmas que contaban con permiso para operar con dólar oficial 15 días atrás, pero, por las distintas demoras que se generaron en el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), en la plataforma de validación de pagos de AFIP o la reducción de la Capacidad Económica Financiera (CEF), al día de hoy importar es entre un 30 y 50% más caro.
El panorama se torna complejo, sin embargo, pese al caos que describen los sectores dependientes de insumos del exterior, reportes económicos indican que el ajuste en importaciones que lleva adelante el Gobierno no es suficiente.
Incluso, si el ministro de Economía, Sergio Massa, continúa adecuando la economía a las líneas que baja el FMI, para conseguir el desembolso de u$s 10.500 millones, se espera que la disponibilidad de divisas se restringirá más.
Recorte insuficiente
Aunque para el sector privado el recorte fue “fenomenal” para el FMI “se siguió gastando de más”, explicó Marina Dal Poggetto, directora Ejecutiva de Eco Go en una conferencia en el auditorio del Centro de Despachantes de Aduana(CDA). “Por eso la tensión y la restricción de pagos”, agregó desde el estrado su colega Sebastian Menescaldi.
Al observar los datos, Dal Poggetto expresó que las importaciones que se ubicaban en torno a los u$s 6000 millones mensuales hasta la salida de Martin Guzmán, del Palacio de Hacienda, bajaron a la zona de 4500 millones “cuando hicimos los deberes”, desde el lanzamiento de SIRA hasta principio de año.
Sin embargo, con u$s 10.000 millones menos de giros del FMI y el descuento del sector agroexportador de más de u$s 20.000 millones, según la economista, el nivel de importaciones debería estar en torno a los u$s 3800 pero se mantiene por encima de u$s 6.000 millones.
“El nivel de importaciones es estrafalario para una economía sin dólares”, señaló ante un auditorio colmado de operadores del comercio exterior que a diario lidian con trabas para ingresar productos o pagar servicios al exterior.
Requisito del FMI
La cifra se acerca al número que pone sobre la mesa el equipo técnico del FMI en cada negociación: el año debería cerrar con una caída de 25% en importaciones. Un requisito que el sector importador lee como “un terrible problema productivo que frena la industra nacional y el consumo”.
En este ajustado contexto, el sector que más demanda divisas al Banco Central no es optimista. “Hasta mitad del año próximo, esto va a continuar, gane quien gane”, planteó a El Cronista un empresario y abrió el paraguas respecto al escenario que generaron las PASO.
“El plan dolarizador de (Javier) Milei puede tirar la demanda de dinero abajo y empeorar enormemente la situación con un proceso inflacionario profundo“, dijo, pero reconoció que hay que estudiarlo mejor.
Al margen y con la mira en lo que viene el sector asume que recién a mediados del próximo año comenzará a parecer el flujo de dólares que requiere la reactivación económica. Tras meses de puja por lo dólares. se resignan a subsistir en la “economía del aguante” y estirar el puente hacia 2025, cuando, según distintas proyecciones, la encomia podrá dar un giro.
Fuente: El Cronista