Esta usina, impulsada por el expresidente Néstor Kirchner y finalizada por la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, hace posible la industrialización del carbón del Río Turbio y su inclusión en la matriz energética nacional, cumpliéndose los objetivos que trazó el expresidente Juan Domingo Perón en 1947 cuando inauguró la mina, completándose así el ciclo después de décadas de abandono y frustración.
Esta nueva central también forma parte del Plan Energético Nacional anunciado en 2004 que permitió terminar otros proyectos estratégicos que estaban paralizados como la Central Nuclear Néstor Kirchner (Atucha II) y la Represa Binacional Yacyretá. Además, esta usina es una realidad porque se interconectó a la Patagonia Sur al Sistema Nacional, como a otras regiones injustamente excluidas, permitiendo poner en valor su potencial energético, no sólo carbonífero sino también eólico e hídrico, con las represas Kirchner-Cepernic sobre el río Santa Cruz que ya están en construcción.
De esta manera queda demostrado que los pronósticos de los diarios La Nación y Clarín, que el año pasado llamó a la usina de Río Turbio “papelón energético”, procuraban cuestionar el desarrollo del interior profundo, en zonas alejadas del puerto, y la puesta en valor de nuestros recursos naturales.
La Sincronización se realizó a las 8.30 hs y se extendió por una hora, en la que se generaron 22 megavatios utilizando, como establecen los procedimientos para este tipo de pruebas, una combinación de carbón -provisto por Yacimientos Carboníferos Río Turbio a pie de mina- y gasoil. Es importante destacar que todo el equipamiento funcionó correctamente.
En tal sentido, el proveedor de las turbinas, Siemmens, evaluó satisfactoriamente el funcionamiento de la turbina a baja velocidad, a sobrevelocidad y sobreexcitación.
De acuerdo al cronograma de puesta en funcionamiento, durante los próximos 15 días se implementará la automatización de los procesos, como trabajo previo a la sincronización definitiva a la red nacional. Estas tareas se realizan en conjunto tanto con Siemmens como con la empresa Forster Wheeler, que fue quien proveyó las calderas.
Esta nueva central térmica generará 240 megavatios de energía a partir del carbón proveniente del Yacimiento Carbonífero Río Turbio, con la intención de aprovechar al máximo las abundantes reservas de este mineral y la revalorización de la actividad minera en la cuenca.
Asimismo, y a fin de poder cumplir con la provisión de la materia prima, se realizó una fuerte inversión para reequipar la mina con máquinas de última generación que permiten extraer el recurso del carbón de uno de los nuevos frentes largos que se abrieron en su interior. Además, se prevé que el consumo anual estimado de la usina será de 1,2 millón de toneladas de carbón.