La primavera ya está en marcha: el 21 de septiembre marca el inicio de los días más calurosos, más tiempo al aire libre. Y como antesala del verano que es, la primavera es tiempo, también, de preparar la piel para la mayor exposición al sol.
El órgano más grande del cuerpo humano es además la barrera entre el exterior y el interior del cuerpo, con todo lo que eso implica. Y así como los meses de invierno suelen ser aprovechados para someter a la piel -del rostro principalmente- a tratamientos tendientes a renovarla en profundidad, el inicio de la estación de las flores marca el tiempo de hidratarla y nutrirla.
“Así como nuestra biología está totalmente relacionada con nuestro ritmo circadiano, la noche y el día, también lo está con las temperaturas o las estaciones del año. Durante el invierno el organismo reserva mucha más energía, el metabolismo se vuelve más lento y la piel está más propensa a deshidratarse”. El médico dermatólogo Lucas Ponti (MN 130.388) comenzó a explicar que “en el momento de la primavera, con el cambio de temperatura, al igual que las flores, la piel también cambia y tiene otros requerimientos diferentes a los del invierno”.
En diálogo con Infobae, el especialista agregó: “Durante la primavera, nuestra energía aumenta porque los requerimientos del metabolismo aumentan, por eso se tienen más ganas de estar al aire libre, hacer actividad física, etc”.
Por su parte, la médica dermatóloga Lilian Demarchi (MN 88.365) sostuvo que “todos buscan que la piel se vea luminosa, pareja, sin poros abiertos ni manchas. Para lograrlo no hay magia ni milagros. El secreto es tener rutinas de cuidado diarias, cuidarse del sol y visitar al dermatólogo para que arme un plan personalizado y de acuerdo a las necesidades de cada piel”.
“Es importante tratar nuestra piel antes de la llegada del verano; este es el tiempo de nutrirla en profundidad y si es necesario tratarla en gabinete”, apuntó la experta.
Lo que sí y lo que no hay que hacer
“La primavera es una estación con muchos cambios de clima, un día hace calor, mucho sol y al siguiente llueve y hay viento. Nuestra piel percibe todas estas variaciones e igual que nosotros, tiene que adaptarse a ellas. Por eso, es tan importante cuidarla”. En este punto, la médica especialista en medicina funcional y estética Priscila Dzigciot (MN 129.206) hizo hincapié en lo que para ella son las tres claves para el cuidado de la piel.
Y enumeró: “La limpieza nunca se debe saltear. Luego, para una correcta hidratación es importante que al elegir las cremas y sérums para la piel en primavera, se tenga en cuenta la textura. Lo mejor es elegir una crema con textura ligera, con activos humectantes como por ejemplo la glicerina, el ácido hialurónico, distintos extractos vegetales. Además, es importante que la crema también contenga antioxidantes para proteger la piel de los efectos de la contaminación, sobre todo en la gran ciudad. En este caso, la vitamina C es un gran aliado”.
Por último, y nunca mejor dicho “pero no menos importante”, la protección solar. “Aunque es importante durante todo el año, con el aumento de las temperaturas es más importante aún. Usar como mínimo un factor de protección 30 -recomendó la directora médica de Bace-. Si se va a pasar mucho tiempo al aire libre, utilizar factor 50 y reforzar cada dos horas”.
“Otro aspecto fundamental para mantener la piel sana e hidratada es mantener una buena alimentación. El consumo de frutas y verduras aporta al organismo vitaminas, antioxidantes y minerales”, agregó.
En opinión del cirujano estético Duilio Cortella (MN 122.313), “con la llegada de la primavera y el calor, la piel necesita reforzar los cuidados”. “No sólo los que tienen que ver con la rutina diaria, sino los tratamientos faciales que podemos realizar en esta época. La temporada de calor también es propicia para algunosprocedimientos que le aporten el cuidado, la limpieza y la hidratación necesaria para el rostro”, señaló el especialista.
“Además de no descuidar el descanso, el verano es ideal para reforzar hábitos que propicien que la piel del rostro luzca más sana y saludable, ya que envejece más durante esta estación debido a que la exponemos a distintos factores agresivos que pueden ocasionar un deterioro precipitado de las células: el sol, el agua del mar, el cloro de las piscinas o la transpiración -apuntó Cortella-. Recordemos que la piel no es la misma según la zona geográfica, la época del año en la que estemos, o la edad”.
En este punto, “la protección es fundamental e innegociable; exponerse al sol sin el cuidado correcto puede provocar manchas, arrugas, flacidez, sequedad, tumores benignos o melanomas”, enfatizó el cirujano, quien remarcó que “la piel acumula las sucesivas agresiones de los rayos ultravioletas y el capital solar (horas que una persona puede estar expuesta al sol durante toda la vida sin daño) se agota y allí es donde comienzan a surgir las lesiones cutáneas en forma de manchas oscuras, arrugas, queratosis y el daño celular se vuelve irreversible”.
“Es importante seguir manteniendo la rutina facial: exfoliar, hidratar y proteger con cremas, geles, o serum, adecuados para cada persona dependiendo del tipo de piel porque, para mantener el equilibrio del metabolismo de la piel del rostro, hay que cuidarlo durante los 365 días del año”, destacó.
Con él coincidió la dermatocosmiatra Paulina Sayd (MN 35.689), “es clave explicar a las pacientes que usen un factor de protección solar lo más alto que se pueda, incluso en los días nublados, en los que no pasan los rayos UVA pero sí los UV, que son los más peligrosos, los que producen manchas, fotoenvejecimiento y cáncer de piel”.
Es precisamente por la inevitable mayor exposición al sol, que “los productos que se usan cambian cuando va llegando el calor, por ejemplo una piel más grasa no tolera cremas tan pesadas porque hay más secreción sebácea y amerita cambiar por alguna más liviana”, observó Sayd, para quien la clave en esta época es “preparar a la piel dándole todo lo que necesita en cuanto a vitaminas”.
Para ella, “la vitamina C es el activo por excelencia que se debe usar todo el año y más aún en esta época, ya sea en crema o un serum en estado puro para usar antes de la crema”. Según Demarchi, “las rutinas de cuidado diario son un punto clave”. “Sin duda lo más importante es el uso de protector solar los 365 días del año, que será el mejor antiage”.
En este punto, la médica dermatóloga Cristina Pascutto (57.831) destacó que “si bien es importante saber que la fotoprotección es necesaria todo el año, cuando la exposición solar comienza a ser más frecuente y más intensa, se la debe maximizar”.
“A la hora de comprar un protector solar, debemos conocer nuestro tipo de piel, ya que no todas las personas son iguales ante el sol, todo depende de cada fototipo -explicó ex presidenta de la Sociedad Argentina de Dermatología y asesora de Eau Thermale Avene-. Y este viene definido por el color de la piel, del cabello, la tendencia a las quemaduras solares y la aptitud al bronceado”.
Y amplió: “Hay pieles muy blancas que enrojecen y nunca broncean, otras blancas que enrojecen pero broncean ligeramente, pieles mate, que enrojecen pero toman un bronceado dorado y aquellas más oscuras que el bronceado es desde el inicio de la exposición. Una vez sabido el fototipo se puede elegir la protección que mejor se adapte a nuestra sensibilidad natural al sol”.
En cuanto al cuidado en casa, la dermatóloga recomendó: “Cuando nos levantamos, no debemos olvidarnos de hidratar la piel con una crema de día que sea para nuestro tipo de piel. Por la noche debemos realizar una limpieza, quitarnos el maquillaje y recurrir a una crema antiage adecuada a cada tipo de piel. Esta crema es la más importante ya que los principios activos van a actuar cuando la piel esté relajada por la noche”.
Aquí, Cortella sumó: “Para evitar el desgaste y el envejecimiento prematuro de la piel, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones básicas que tienen que ver con hábitos saludables, como ser una alimentación rica en vitamina D, buena hidratación y descanso, y siempre acompañar con una rutina de ejercicio físico”.
Tratamientos acordes a cada necesidad
“Aún estamos a tiempo de realizar algunos tipos de peeling sobre todo los de tipo mecánico que tienen poco impacto inflamatorio, por arrastre y aspiración podemos lograr mejorar textura, darle a la piel luminosidad y mejorar imperfecciones y manchas”, comenzó a explicar Pascutto, con quien acordó Sayd: “Es tiempo de dejar de hacer peelings fuertes, cambiar el enfoque del tratamiento y trabajar con otro tipo de protocolos, y hacer foco más en la humectación y en preparar a esa piel que va a recibir con más intensidad los rayos del sol”.
Y si bien sostuvo que “hay tratamientos de peeling que pueden hacerse durante todo el año”, aclaró que “en estos meses, los tratamientos con ácidos se hacen con ácidos glicólicos muy suaves, que se dejan muy poco tiempo, como para hacer una renovación celular y dar una apertura a los activos que se van a utilizar. No se llega a un decapado de la piel pero la renovación celular se da de todos modos”.
“En general se relaciona peeling con descamación y lo cierto es que hay peelings que ayudan a blanquear, renovar las células y otros más agresivos -explicó la dermatocosmiatra-. Las descamaciones pueden ser imperceptibles”.
Para Ponti, los grandes aliados del cuidado de la piel en estos meses son losactivos antioxidantes e hidratantes. “También podemos seguir usando ácidos, pero ácidos más suaves como el lactobiónico, mandélico, glicólico, azelaico; todos estos pueden estar presentes en las rutinas y sin olvidarnos del infaltable ácido hialurónico, que va a hidratar y va a ayudar a retener esa hidratación”, detalló el dermatólogo, para quien la estrella de la temporada “es la aplicación de vitamina C en cada rutina”.
“Es el momento ideal para hacer micro exfoliaciones suaves, hidratar con antioxidantes, y acompañar todo este proceso de renovación celular con hidratantes y emolientes adecuados”, apuntó Ponti.
Los elegidos de Demarchi en esta época del año “son la limpieza de cutis y los peelings para renovar la piel, los cuales pueden variar de acuerdo a cada necesidad y ser más leves o más fuertes según la necesidad, pero sin duda son muy importantes para remover las impurezas y renovar las capas superficiales de la piel”.
“El paso siguiente será hidratar, bioestimular la piel, nutrirla en profundidad y para esto podemos usar la mesoterapia, que con ingredientes naturales brinda excelentes resultados en la calidad y tono de la piel”, sugirió.
Finalmente, Sayd consideró que “si se le ‘pide’ a la piel que cumpla con determinadas funciones a través de determinada aparatología o activos que se le ponen, no es recomendado exponerla al sol en los días sucesivos”. “Hay tratamientos que no tienen sentido de hacer en esta época, por ejemplo, luz pulsada o aquellos que buscan despigmentar la piel porque es sabido que la exposición al sol pigmenta -puntualizó-. Sí en cambio pueden hacerse sesiones de radiofrecuencia, dermapen o punta de diamante”.
Los tres más elegidos por los especialistas
– Profhilo. “Es ácido hialurónico ultra puro, que mejora la calidad de la piel, la textura, la hidratación y luminosidad otorgando una apariencia natural -describió Demarchi-. Se trata de un nuevo concepto en el tratamiento de la calidad de piel para tensarla, hidratarla y nutrirla en profundidad. Es un producto ideal para aquellas personas que buscan mejorar sin modificar sus rasgos naturales”.
Cortella sumó: “Su acción bioregeneradora estimula la producción de nuevas células, contrarrestando la distensión remodelando la cara. Contiene una de las concentraciones más altas de ácido hialurónico y ofrece una alta eficacia prolongada en el tiempo. Tiene una duración aproximada de un año”.
– Oxygeneo. Con una tecnología de 3 en 1 que actúa tanto en el exterior como en el interior de la piel, combina tecnologías clínicamente probadas: Tripollar RF, Oxygeneo y Ultrasound. “Es la plataforma de tratamiento facial definitiva para lograr una piel más jóven, fresca y naturalmente más atractiva -explicó Dzigciot-. Revitaliza, purifica y rejuvenece la piel del rostro logrando una mejora general de la textura y apariencia de la misma con resultados inmediatos, duraderos y no invasivos”.
“Cada tecnología puede utilizarse por separado para disfrutar de sus beneficios, o combinarse para un efecto sinérgico completo”, destacó.
– Plasma rico en plaquetas. Mediante la extracción de sangre del paciente, se obtiene un producto autólogo conocido como plasma rico en plaquetas (PRP), que vuelve a ser aplicado mediante microinyecciones en el área a tratar.
“Puede inyectarse en el rostro, cuello, en la zona capilar, abdomen y glúteos”, precisó Cortella, quien entre los beneficios de esta técnica enumeró: “Reduce arrugas, mejora la hidratación de la piel, aumenta la producción natural de ácido hialurónico, mejora la luminosidad de la piel”. Se recomienda realizar una sesión por mes durante cuatro meses y se puede realizar en cualquier época del año.