Finalmente, a pesar de las inclemencias del tiempo, personal especializado del guardacostas SB-15 “Tango” del Servicio de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental localizó el barco.
La tecnología de última generación del “Tango”, sus equipos especiales diseñados para realizar investigación subácua con sondas de barrido electrónico y la inmersión del ROV (robot operado a distancia), hicieron posible dar con el casco de la embarcación a 93 metros de profundidad y 44° de latitud sur y 062° longitud oeste. Fue hallado en la misma zona donde se había reportado su última ubicación. Todavía hay ocho tripulantes desaparecidos.
Asimismo, psicólogos del Departamento Sanidad de la Prefectura están asistiendo a los familiares de los tripulantes que ya fueron notificados del hallazgo. Interviene la Justicia Federal de Rawson.
El pesquero había zarpado el 5 de junio del puerto de Mar del Plata y estaba desaparecido desde el viernes 8, cuando se produjo su última comunicación. Un día después Prefectura dispuso las tareas de búsqueda, a la que se sumaron seis buques pesqueros que operaban en la zona, y que terminaron este domingo con el hallazgo del buque.
El último “blanco de interés” había sido detectado con un sonar de barrido lateral semanas atrás. El dato se pudo verificar tiempo después, cuando mejoraron las condiciones meteorológicas, ya que los fuertes vientos que se registraban en la zona, con olas de hasta cuatro metros de alto, dificultaron el trabajo.
El Rigel era tripulado por el capitán Salvador Taliercio; el segundo patrón Rodrigo Sanita; el jefe de máquinas Néstor Rodríguez; el auxiliar Cristian Osorio; y los marineros Rodrigo Blanco, Amadeo Jonatan, Nahuel Navarrete, Carlos Daniel Rodríguez y Pedro Mierez. Al día siguiente de su desaparición encontraron un cuerpo, que luego se determinaría que era de Taliercio.
Todavía hay ocho tripulantes desaparecidos, y los familiares ya fueron avisados del hallazgo. Resta determinar si los cuerpos están dentro del casco de la embarcación. La causa está a cargo del juez federal de Rawson Gustavo Lleral.
Mientras se ponía en marcha el operativo de búsqueda, la esposa de uno de los hombres que iban en el “Rigel” aseguró que el barco estaba en “malas condiciones”.
“Daniel (su marido) siempre me decía que los barcos estaban muy mal. Si no se rompía una cosa se rompía otra. Él trataba de pensar que no iba a pasar nada malo y salía con expectativa y esperanza, pero tenía miedo de que le pasara algo”, contó.
No fue la única. Un marinero que no se subió al pesquero de langostinos dijo que “el barco estaba en mal estado”, y se refirió a “las máquinas y la electricidad”.
“Dos por tres se nos apagaba el generador y quedábamos a oscuras. Se nos apagó el motor dos veces y quedamos al garete, entonces bajaba el maquinista y trataba de encenderlo rápido”, sostuvo.
En la misma sintonía se manifestó Marta Godoy, la mamá de Nahuel Navarrete, uno de los tripulantes. Según dijo, la noche que partió el buque hubo demoras porque “cuando parecía que estaba todo listo, se le apagaron las luces”.
También señaló que los problemas del buque, por lo que le contaba su hijo, “venían de hace rato” y que el penúltimo viaje que había hecho se habían quedado sin motor: “Esta vez lo pararon para hacerle medio motor y salieron, porque ya no daba más el motor”. (0223)