El Gobierno nacional reglamentó la Ley de Gestión Integral de Residuos Domiciliarios Nº 25.916, que crea un código unificado de siete colores para la clasificación de residuos en la fuente de origen e incorpora el principio de responsabilidad extendida al productor, con el objetivo de “fomentar la cultura ciudadana y facilitar la valorización de residuos en todo el país”.
La normativa, publicada en el Boletín Oficial a través del decreto 779/2022, firmado por el presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; y el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, reglamenta la Ley de Gestión Integral de Residuos Domiciliarios que había sido sancionada en 2004.
“La reglamentación es darle al Estado un instrumento que, evidentemente, la ley no había logrado establecer”, dijo en diálogo con Télam Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación.
“Si bien en su momento fue importante porque implicaba un avance conceptual en la normativa, está claro que no permitió aplicar políticas que favorecieran la eliminación de los 5.000 basurales a cielo abierto que todavía tenemos en la Argentina”, aseguró el viceministro de Ambiente.
El decreto aprobó el “Código unificado de colores para la clasificación e identificación de fracciones de residuos domiciliarios”, que genera un estándar común para todo el territorio nacional y tiene como objetivo fomentar “la cultura ciudadana en la materia” y facilitar “la labor de la industria de valorización de residuos en todo el país”.
En el Anexo II, se recomienda a las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires adoptar un sistema de gestión integral que contemple siete fracciones de residuos con sus respectivos colores: los residuos secos valorizables (verde), los considerados basura (negro), los residuos orgánicos valorizables (marrón), los plásticos (amarillo), los papeles y cartón (azul), los residuos de vidrios (blanco) y los de metales (gris).
Los residuos deberán ser colocados en contendedores para cada clase de residuo y, preferentemente, las bolsas tendrán que ser del mismo color que el contenedor o transparentes para identificar el contenido. (Télam).