Aunque muchos sectores productivos cuestionan al actual Gobierno por haber permitido el aumento de las importaciones, los datos concretos muestran que Mauricio Macri todavía no avanzó hacia el modelo aperturista con el que comulga. Las compras al exterior cayeron en el primer cuatrimestre 5% si bien crecieron los ingresos de bienes de consumo por la caída de la economía, la devaluación y algunas demoras superiores al plazo permitido en la aprobación de las licencias no automáticas. Como suele repetir el secretario de Comercio, Miguel Braun, a sus allegados, el actual es un gobierno de minoría y las decisiones tienen que tener sustentabilidad política. Por lo tanto, no están dispuestos a abrir indiscriminadamente las importaciones si ello puede generarles un costo no sólo político sino también social.
“Estamos en una transición, pero la intención es pasar de un sistema arbitrario a uno basado en reglas”, enfatizó un funcionario del Ministerio de Producción. En este sentido, desde la cartera que dirige Francisco Cabrera avanzan en la definición y aplicación de normas para arancelarias que frenen las compras al exterior en los casos de sectores sensibles, como ocurre en la mayoría de los países del mundo.
“Hoy casi no rigen los aranceles. Los controles se dan por medidas para arancelarias, que son más fáciles de instrumentar y más difíciles de cuestionar por la OMC”, aseguró el titular de la consultora DNI, Marcelo Elizondo.
Se trata de normas técnicas sanitarias, fitosanitarias, ambientales, requisitos de calidad, entre otras, que funcionan como barreras al comercio. Algunas tienen una justificación razonable y otras se fijan exclusivamente para evitar el ingreso de determinados productos. Para ejemplificar, Elizondo recordó la exigencia que impuso el Mercosur ni bien fue creado para la industria cosmética, que obligó a que tengan fecha de vencimiento para ingresar al bloque. “Esa fue disparatada, ya que ningún país del mundo exige eso a los cosméticos”, agregó.
Este proceso llevará tiempo, ya que además de contar con las normas técnicas, el Gobierno debe contar con un equipo de profesionales dedicado exclusivamente al control de la mercadería que está por entrar al país para poder decidir si autoriza o no la licencia no automática de importación, que debería otorgarla según la OMC en un plazo no mayor a 60 días.
Durante los primeros cuatro meses de 2016, las importaciones cayeron 5% en comparación con el mismo período del año pasado por la debilidad de la economía el 80% de lo que la Argentina importa se vincula con su capacidad productiva, la devaluación en el tipo de cambio oficial y el descenso de los precios internacionales de algunos bienes importados, como la energía.
El desagregado muestra que sólo crecieron las compras de bienes de consumo (6%) y autos (46%). Los bienes de capital mostraron caída de 3%; los bienes intermedios, 13%; los combustibles, 32%; las piezas y accesorios para máquinas, 3%; y el resto, 32%. “Si se prevé un comportamiento similar para todo el año, las importaciones llegarían a u$s 51.651 millones, la cifra más baja desde 2009. Estaríamos ante compras que serían casi u$s 23.000 millones menores que en el récord de 2013”, sugiere un reciente informe de DNI.
Otro dato relevante del documento es que pese al discurso oficial del gobierno K sobre cierta oposición a las importaciones, durante la presidencia de Néstor Kirchner se observó el mayor ratio importaciones/PBI en 20 años.
Fuente: El Cronista