La situación climática en amplias regiones de la pampa húmeda dio un giro de 180 grados en las últimas semanas. De los excesos hídricos, que no obstante persisten en zonas del centro oeste bonaerense, como Bolívar y Daireaux, por ejemplo, hoy el panorama es que hay otros lugares que están necesitando lluvias para sembrar soja y completar lotes que iban a ser implantados con maíz.
Esa es la foto general. Cuando se ve al interior de las regiones hay disparidades. A modo de ejemplo, en el centro norte de Córdoba a la semana pasada iban por el 12,7% de la siembra, menos del 17,8% para el promedio de las últimas cinco campañas.
En el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires el porcentaje de avance de la oleaginosa ronda el 60,3%, casi similar al 58% del promedio de las últimas cinco campañas. Sin embargo, hay lugares donde se observa una situación hídrica regular. Ayer, la Bolsa de Cereales porteña recibió informes en ese sentido de Carhué, Guaminí, Bahía Blanca y Huanguelén, por ejemplo, y para hoy esperan más informes. Ya se había reportado ese panorama en Chacabuco, Colón y Carmen de Areco, en Buenos Aires, y Villa Cañás, en Santa Fe. “Hay algunas luces de alerta en Buenos Aires”, dijo Copati.
Queda todavía más de un mes para la siembra a nivel país, pero cada día que se demora a partir de diciembre son 30 kilos menos por día de rinde.
Desde Pergamino, en la zona con las tierras más ricas del país, Julio Lieutier, asesor, contó que, tras los excesos hídricos, en octubre y noviembre hubo un cambio “abrupto” y se pasó a un clima más seco y fresco. Entre octubre y noviembre allí hubo unos 100 milímetros menos para la época.
El clima fresco, sin altas temperaturas para que se “entregue” el trigo, demoró la cosecha. “El trigo todavía no se pudo recolectar y si se pudiera cosechar hoy no hay humedad para la siembra de soja de segunda [se llama así por esta época de implantación, tras el trigo]”, dijo Lieutier a LA NACION. En tanto, apuntó que el maíz sembrado requiere al menos de 20 a 30 milímetros de lluvia.
“Hay zonas importantes que tuvieron lluvias chicas en las últimas cuatro semanas, insuficientes para seguir sembrando. Va a ser una siembra trabada, ajustada en agua”, opinó Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), de la Bolsa Rosarina.
Lo que viene no parece alentador. “Va a llover por debajo de lo normal durante la primera quincena de diciembre, dijo a Reuters Germán Heinzenknecht, meteorólogo de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA). “Llegamos a un momento que casi podría considerarse crítico para las siembras tardías”, dijo, por la zona agrícola núcleo.
Fuente: La Nación