El fin de las espelulaciones tiene fecha: viernes seis de diciembre. Ese día, el presidente electo Alberto Fernández anunciará formalmente los nombres de los hombres y mujeres que integrarán su gabinete. Es probable, como siempre ocurre en estos casos, que se confirmen algunos números puestos y que haya sorpresas. Lo concreto es que cuatro días antes de asumir en reemplazo de Mauricio Macri se pondrá punto final a la danza de nombres y los pronósticos sobre los elegidos podrán contrastarse con la realidad de la grilla oficial.
La semana pasada, el presidente electo se había reunido durante tres horas con la vicepresidenta electa Cristina Fernández de Kirchner y el diputado Máximo Kirchner y a la salida del encuentro, Fernández comentó: “El gabinete ya está básicamente definido”.
Entre los números puestos, figura Daniel Arroyo como Ministro de Desarrollo Social. La única posibilidad de que esto cambie sería que el propio Arroyo rechazara el convite, situación improbable dado que se lo ve muy entusiasmado con la dirección del plan Argentina contra el Hambre.
A día de hoy, otros nombres seguros son: Santiago Cafiero (Jefatura de Gabinete), Felipe Solá (Relaciones Exteriores), María Eugenia Bielsa (Vivienda y Hábitat), Eduardo Wado de Pedro (Interior), Tristan Bauer (Cultura) y Marcela Losardo (Justicia). También es seguro que Gustavo Beliz tendrá un lugar.
Luego, hay otros candidatos que también están cerca de estar confirmados, aunque hasta que no haya un anuncio formal, todo puede cambiar: Marco Lavagna para el Indec, Carlos Zannini como Procurador del Tesoro, Agustín Rossi para Defensa, Claudio Moroni para Trabajo, Gabriel Katopodis para Infraestructura u Obras Públicas y Nicolás Trotta en Educación. En el área de Economía, Matías Kulfas y Cecilia Todesca son los que están más cerca de Fernández.
El ex titular de la OA Julio Vitobello sería el secretario general de la Presidencia al tiempo que otro de los candidatos que se mencionaba para el puesto, el ex embajador Eduardo Valdés, asumirá una banca como diputado luego del corrimiento que provocará que el primero de la lista del Frente de Todos en la Ciudad, Fernando “Pino” Solanas, vaya como representante argentino a la Unesco. Al senador cordobés Carlos Caserio le queda sólo resolver una cuestión personal para convertirse en ministro, todo indica que de Transporte.
Vitobello integra el grupo de amigos del peronismo de Alberto Fernández que cada tanto se juntan a cenar, como hicieron en un par de ocasiones durante la campaña. La secretaría general está siempre destinada a alguien de la mayor confianza del Presidente. Durante el kirchnerismo, Vitobello estuvo en la Oficina Anticorrupción y en la Sigen. Otro de los miembros de ese grupo de amigos es Valdés, a quien también se mencionaba como posible secretario general. Pero Valdés le adelantó a Alberto que no quería un lugar en el gabinete sino que prefería ir a la Cámara de Diputados, algo que se terminó de concretar luego de que Pino Solanas confirmara que no asumirá su banca, sino que marchará a la Unesco, con sede en París.
Casi todos los miembros de ese grupo de confianza de Fernández, dirigentes del peronismo porteño, tendrán algún lugar en el nuevo organigrama. Jorge Argüello recalaría nuevamente en la embajada argentina en Estados Unidos, un cargo que ocupó durante la presidencia de Cristina Kirchner. También Guillermo Oliveri retornaría a su puesto anterior, la secretaría de Culto, de especial importancia por la relación con el papa Francisco. Alberto Iribarne, en tanto, es mencionado como posible nuevo titular de la AFI, aunque en este caso hay otros candidatos. Miguel Pesce irá al Banco Central mientras que Claudio Ferreño, electo legislador porteño, muy probablemente sea quien maneje la bancada del Frente de Todos en CABA.
“Carlos, tengo reservado un ministerio para vos”, le avisó dos días atrás Alberto Fernández al senador Caserio como forma de resolver la situación que se había planteado en la Cámara Alta. Fernández quería que el Frente de Todos quedara representado en un solo bloque y a Caserio le resultaba más lógico mantener por un lado una bancada de quienes responden a los gobernadores, que él encabezaba, y otra del kirchnerismo. Su salida permitirá la unidad en un bloque bajo la conducción del formoseño José Mayans. A Caserio, a quien le quedan sólo dos años de mandato en el Senado, ocupar un lugar en el gabinete le parece una oportunidad interesante para amigar al peronismo de Córdoba -que presidió hasta hace unos días- con lo que ocurre en el resto del país. Le queda pendiente sólo resolver un tema personal para dar el sí.
Fuente: Pagina12