El primer programa de la semana, luego del centenario de emisiones en el aire de La Brújula 24, contó con la visita de Nilo Navas, quien ofreció detalles y anécdotas de la travesía que el velero Galileo llevó a cabo en aguas patagónicas durante el mes pasado.
«Como Vicepresiente del Centro de Veteranos de Guerra de Bahía Blanca, Presidente de la Fundación Malvinas Argentinas y dueño del velero oceánico Galileo, hace mucho tiempo que armé el proyecto de navegación patagónica», puntualizó como carta de presentación.
«En el verano del 2007-2008, el Galileo fue el último barco argentino que arribó a Malvinas. Después de mucho esfuerzo pude comprarlo y quiero agradecer al Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca por la amarra de cortesía que nos brindó desde el 10 de octubre», señaló Nilo, quien tiene como punto fijo para su embarcación al puerto de Mar del Plata.
–¿Cómo se le dio forma a la organización de esta aventura?
–Luego de un viaje de 2.500 kilómetros hasta Puerto Deseado y Madryn, este año empezó a rondar la idea de hacer un homenaje en el mar. El objetivo era zarpar desde Ingeniero White el 14 de enero hacia la Isla de los Estados, que fue el lugar donde el Crucero Belgrano, del cual formé parte, conformó su grupo de tareas. Para mí era muy significativo llegar hasta ese lugar y recorrer las aguas en las que estuvo el Belgrano antes del hundimiento.
«La navegación fue muy dura y vivimos experiencias increíbles en lugares como el Estrecho de Magallanes y todo lo que represente el Atlántico Sur. Luego de 9 días, llegamos a la isla y nos encontramos con un paisaje tremendo, con rocas, turba y vientos que bajan y se disipan en el agua. En ese marco, pedimos los permisos para poder colocar la placa en honor a los héroes de Malvinas, con la frase de que las Malvinas fueron, son y serán argentinas», describió Navas.
–¿Cómo siguió la travesía luego de ese punto?
–Fue muy fuerte ver los picos, lagos y todo lo que tributa homenaje a los caídos en combate. Antes de llegar a Ushuaia, tuvimos un problema en la hélice y navegamos por el canal de Beagle con vientos muy fuertes y por un embudo de no más de 50 metros de ancho. La llegada a Ushuaia fue a vela y con un recibimiento tremendo, donde nos encomendaron traer la imagen de la virgen a Bahía.
«De todos modos, cumplimos con el tercer objetivo que era el homenaje en la zona del hundimiento del Belgrano. Fue algo simbólico, al norte de la Antártida, donde arrojamos una botella con el logo de la Fundación Malvinas Argentinas y una caja metálica que contenía otra botella, un pergamino, una bandera y testimonios que nos dieron los familiares de los combatientes», indicó.
–¿Y la llegada a White qué sorpresas tuvo?
–Como el clima y los vientos no nos permitieron llegar el domingo como estaba planificado, lo hicimos el lunes, con un recibimiento espectacular y con las embarcaciones del Club Naútico esperándonos. El Capellán Pablo Caballero, quien es de la Armada y nos había bendecido en el viaje desde Base Marambio, nos estaba esperando acá. Fue un momento cargado de sentimientos y emoción.
EL CIERRE DE LA TRAVESIA
«Luego de la llegada de la comisión de familiares, mañana martes habrá una misa, a las 19.30, y una cena, mientras que el próximo sábado zarparemos desde el puerto de White a Mar del Plata, a las 10 hs. El próximo objetivo, planificando con tiempo y coherencia, es llegar a Malvinas y la Antártida».