Por esa situación, desde esta semana las empresas gasíferas comenzaron a notificarle al Enargas, el ente regulador del sector, que en breve se verán obligadas a suspender las obras de mejora y ampliación de la red troncal y de distribución de gasoductos.
Según comentaron a El Inversor Online allegados al ente regulador, TGN –una de las dos mayores transportistas de gas del país- le envió una carta a David Tezanos, titular del organismo, para advertirle que, de no haber cambios en el escenario, suspenderá en los próximos días su plan de inversiones de $ 1041 millones comprometido hasta el 31 de marzo de 2017 a raíz de su frágil situación financiera (no cobra desde fines de mayo). TGS, la otra transportista, que había comprometido obras por $ 790 millones, enfrenta un panorama similar.
En total, las dos transportistas y las nueve distribuidoras lanzaron en marzo obras por $ 3800 millones para mejorar el sistema de redes de gas. La mayoría de esas iniciativas está hoy en serio riesgo de parate.
Pero la ruptura de la cadena de pagos del gas también afecta a los productores porque durante el invierno, cerca del 70% del ingreso de las petroleras proviene del sector residencial. Como las distribuidoras no están pagando el gas que consumen, las empresas productoras están ralentizando sus desembolsos en el negocio de exploración y producción de hidrocabruros.
Fuente: Iprofesional.