El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió este sábado a los líderes económicos mundiales que la reciente ola de aranceles comerciales perjudicaría significativamente al crecimiento global, un día después de que el presidente estadounidense Donald Trump amenazara con escalar aún más su disputa con China.
La directora del organismo, Christine Lagarde, anticipó que presentará a los ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales del G20, que están reunidos en Buenos Aires este fin de semana, un informe que detalla el impacto que las restricciones ya anunciadas tendrán sobre el comercio mundial, estimado en u$s 430.000 millones.
“Ciertamente indica el impacto que va a tener en el PIB (Producto Interno Bruto), que en el peor escenario, bajo las medidas actuales (…) está en el rango de 0,5% del PIB en una base global“, dijo en la conferencia que brindó junto al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
“Ciertamente indica el impacto que va a tener en el PIB (Producto Interno Bruto), que en el peor escenario, bajo las medidas actuales (…) está en el rango de 0,5% del PIB en una base global”, indicó Lagarde.
En el reporte preparado para los ministros del G20, el FMI afirma que el crecimiento global podría alcanzar un máximo de 3,9% en 2018 y 2019, pero los riesgos de una desaceleración han subido debido a las crecientes tensiones comerciales.
La advertencia llega poco después de que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, dijera en la previa de la cumbre que los aranceles por el momento no han tenido efectos “macroeconómicos” en la mayor economía mundial.
Las tensiones comerciales han salido a la luz en los últimos meses cuando Estados Unidos y China se aplicaron aranceles mutuamente sobre los bienes del otro por u$s 34.000 millones hasta el momento.
Llamado a la mesura
La reunión del G20 en Buenos Aires se da en medio de una dramática escalada en la retórica de ambos países. Trump amenazó el viernes con aranceles sobre todas las exportaciones chinas a Estados Unidos, valuadas en u$s 500.000 millones.
Mnuchin intentará reunir a los aliados del G7 durante el fin de semana para que se sumen a acciones más agresivas contra China, pero podrían ser reacios a cooperar debido a los aranceles impuestos por Estados Unidos sobre el acero y el aluminio importado desde la Unión Europea y Canadá, que llevaron a represalias.
La última reunión del G20 en Buenos Aires a fines de marzo terminó sin ningún acuerdo firme de los ministros respecto a las políticas comerciales y sólo con un compromiso de continuar con el diálogo.
En medio de la escalada entre ambos países, Trump amenazó este viernes con aranceles sobre todas las exportaciones chinas a Estados Unidos, valuadas en u$s 500.000 millones.
El ministro de Finanzas de Alemania, Olaf Scholz, dijo que utilizará la reunión para abogar por un sistema de comercio basado en reglas, pero que las expectativas eran bajas. “No espero que se alcancen progresos tangibles en esta reunión”, dijo a periodistas en el avión que lo llevó a Buenos Aires.
Los aranceles que aplicó EE.UU. le costarán a Alemania hasta 20.000 millones de euros (unos u$s 23.440 millones) en términos de ingresos este año, según el líder del grupo alemán IMK.
En tanto, el jefe del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, dijo que esperaba que el debate en la reunión del G20 derive en una reducción de las medidas comerciales de represalia. “El proteccionismo comercial no beneficia a ninguno de los involucrados”, argumentó. “Yo creo que eventualmente se impondrá la mesura”, agregó.
Mnuchin dijo a periodistas el sábado que no ha visto un impacto macroeconómico de los aranceles de Estados Unidos sobre el acero, el aluminio y bienes chinos.
No obstante, dijo que hubo efectos microeconómicos en varios sectores y que el gobierno estadounidense los estaba monitoreando de cerca y buscando formas de ayudar a los agricultores estadounidenses que fueron afectados por aranceles de represalia.
El dólar registró su mayor caída en tres semanas el viernes frente a una cesta de seis destacadas monedas luego de que Trump se quejó nuevamente por la fortaleza de la divisa estadounidense y las alzas de tasas de interés de la Reserva Federal, lo que puso fin a una escalada que había llevado al dólar a su nivel más alto en un año.