Acá estamos. Otra vez rotos, pero a salvo. El viernes, alrededor de 240 personas pasaron la noche en el museo. Son nuestros vecinos. Gente que buscó abrigo en el taller Prende, en el parque del Castillo y en su camino de acceso, una de las pocas zonas del barrio Bulevar que la lluvia no inundó.
Sin luz, sin agua, sin señal, por estos días acá se cocinó, se repartió ropa, se curaron heridas. El museo funcionó como una modesta bomba de achique para tanto dolor, gracias a la tarea denodada de nuestra compañera Yésica Peluffo, de nuestros compañeros del Instituto Cultural, de todo el Municipio de Bahía Blanca, y de tantísimas personas y organizaciones que hicieron llegar su colaboración.
A partir de mañana, la ayuda en nuestro barrio se concentrará en la Sociedad de Fomento del Bulevar Juan B. Justo y en la ONG Cangrejitos de Barro. Ya sin evacuados, Ferrowhite continuará dando una mano en lo que haga falta.
El agua baja y va dejando ver todo lo que la tormenta se llevó. Pero por acá queremos dejar de mirar por un rato las imágenes alucinadas de la catástrofe, para atender a los ojos de Ámbar, que nos mira desde la posibilidad de un porvenir. No un futuro cierto, asegurado, sino ese tiempo mejor que le debemos a ella y a sus hermanos.