A principios de la última década del siglo 20, el País vivió un proceso de reformulación de los servicios públicos que se encontraban en manos Estado. En el marco de dicho proceso, se dispuso la provincialización y descentralización de todo el sistema portuario nacional.
Es así como el primer día de septiembre de 1993, las sirenas de los barcos amarrados en Puerto Ingeniero White y Puerto Galván, anunciaron la transferencia de la administracion del complejo portuario local a manos del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.
Una nueva etapa comenzaba, signada por incertidumbres y desafíos. La comunidad portuaria local puso manos a la obra, y en poco tiempo comenzó a demostrar que el nuevo modelo de autogestión, por el cual tanto se había luchado, era y es la herramienta ideal para poder construir el futuro con nuestras propias manos.
Y los resultados no se hicieron esperar. A partir del modelo participativo con todos los actores del quehacer portuario, la seguridad jurídica que brinda el Consorcio, y con el especial aporte del sector privado articulado con el sector público, se comenzaron a usufructuar las enormes ventajas estratégicas que el puerto posee.
Profundidad operativa garantizada y amplios espacios disponibles, fueron los pilares de un proceso que comenzó con la remodelación y ampliación de instalaciones existentes, y continuó con la atracción de millonarias inversiones, que permitieron incorporar valor agregado a las tradicionales mercaderías que se operaban.
Sin dudas, la profundidad de sus vías navegables es la ventaja competitiva que identifica a nuestro puerto, y se traduce en un beneficio real que se traslada a todo el sistema agroindustrial del país, optimizando la economía de escalas en el circuito de completamiento de buques, que se inicia en la Hidrovía Paraná-Paraguay y culmina en Bahía Blanca.
Con un sostenido aumento de los volúmenes operados e inversiones por varios miles de millones de dólares, el Puerto de Bahía Blanca superó con creces a las expectativas más optimistas generadas con la llegada de la nueva administración.
Modelo exitoso, que es el fruto de una continua voluntad de mejorar y competir. Que se apoya en la riqueza de sus recursos humanos, altamente profesionalizados. En el respeto por su entorno natural y en la fortaleza de una comunidad que día tras día escribe su propia historia.
Esa comunidad, que lo nutre de recursos, principios y valores. Que le regala su identidad y que en definitiva es, y tiene que ser, objeto y destino de los innegables y reconocidos beneficios que surgen de la condición de Ciudad-Puerto que posee Bahía Blanca.
Ese es nuestro compromiso y para eso trabajamos. Para mejorar no solo el comercio y el transporte, sino también ese trabajo se transforme en una mejor calidad de vida para nuestros vecinos.
Tenemos altísimas expectativas y estamos convencidos de que nuestro complejo portuario, será una de las grandes locomotoras que traccionarán la profunda transformación, que ya se encuentra en marcha en nuestro país.
Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, 25 años generando trabajo, crecimiento y esperanza para nosotros, para nuestra posteridad, y para todas las personas del mundo que quieran habitar en el suelo argentino.