El índice que mide la actividad del mercado inmobiliario rural en el país (inCAIR), marcó en el mes de junio pasado el valor más alto desde septiembre de 2013. Si bien no refiere a ventas ni a operaciones concretadas, sí evidencia el nivel de actividad, consultas y propiedades ofrecidas a la venta que se está dando en el sector agropecuario.
La reactivación del sector, producto de la quita de retenciones (baja en el caso de la soja) y el fin del cepo cambiario, entre otras medidas, cambiaron un panorama que venía muy golpeado en los últimos años, como el de la compra-venta de campos en el sector rural.
“Estamos frente a un mercado trabado, aunque sí más activo”, afirmó Mariano Maurette, Presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), durante su exposición en una jornada sobre el ambiente agrario, en el marco de la 130 exposición rural de Palermo. Allí, resaltó la expectativa que genera el promocionado blanqueo de capitales que impulsa el gobierno nacional, como uno de los hechos a favor que impactarán en el mercado inmobiliario rural.
Javier Christensen, Secretario de la Comisión Directiva de CAIR y responsable del mencionado índice inCAIR, detalló a El Cronista que del monto que el Gobierno espera que se blanquee, superior a u$s 20.000 millones según sus propias estimaciones, “entre un 2% y 3% se puede esperar que sean destinados a la compra de campos”, destacó. Esto generaría una reactivación en cuanto a ventas y operaciones concretadas, segmento que todavía se encuentra estancado, más allá del crecimiento del interés, sobre todo en las tierras que quedan por fuera de la zona núcleo.
El mismo Maurette afirmó que todavía las inversiones “no han llegado”: “El mercado inmobiliario rural todavía no arrancó del todo como preveíamos. Está trabado, pero activo”, graficó e indicó que en la actualidad los precios de los campos están “estables”. En este aspecto, y producto de la situación económica que vive el país en los últimos meses, lo que sí crecieron fueron los alquileres de campos, admitieron. “Es destacable que la incertidumbre económica generada por la alta inflación, el paulatino atraso cambiario y las diferentes alternativas financiaras existente en el mercado de capitales, afectan negativamente sobre la actividad inmobiliaria rural”, reconoció Christensen.
Ambos referentes hicieron hincapié en la “herencia” recibida. Que el índice del mes de junio (de 38.14 puntos) sea el valor más alto desde septiembre de 2013, refleja que en los últimos dos años, desde la implementación del cepo cambiario la actividad cayó “en forma abrupta”: “Llegó a caer hasta 7 puntos de actividad. Hace cuatro años que el mercado está parado. Al cepo se le sumó la promulgación de la Ley de Tierras hacia fines de 2011 que limitó mucho la adquisición de tierras a extranjeros”, afirmó Christensen. En este sentido, destacó que las reformas introducidas a este ley por la administración Macri, se tomaron con optimismo. “Lo normal es que se vaya normalizando la situación y que se vuelva a los niveles de negocios inmobiliarios rurales que había previo a la implementación del cepo”, destacó.
Desde la Cámara también afirmaron que esperan que el Presidente Macri anuncie la baja del 30% al 25% en las retenciones a la soja, en su discurso que dará el sábado en en La Rural. Roberto Frenkel Santillán, vicepresidente de CAIR, afirmó tener expectativas “casi desmedidas”: “No nos estamos dando cuenta de todo lo que pasó pero con las tarifas ya vimos que la fiesta alguien la paga. El 2015 fue un año bisagra, los productores sembraron con Cristina Fernández de Kirchner y no sabían si la cosecha sería con Scioli o Macri”, concluyó.
Fuente: cronista.com