En Kazán y a partir de las 11, donde la marea de hinchas albicelestes seguirá su curso desde San Petersburgo, Argentina intentará aprovechar el envión anímico para trasladarlo al juego, que tuvo en deuda en gran parte de su tránsito en el Grupo D.
El iraní Alireza Faghani, con vasta experiencia en encuentros definitorios de los torneos más importantes de fútbol, fue designado por la FIFA para conducir el cruce, asistido por sus compatriotas Reza Sokhandan y Mohamed Mansouri.
Lo cierto es que el entrenador Jorge Sampaoli tendrá uno de los desafíos más importantes a nivel futbolístico desde que asumió al frente del equipo.
Es que la calidad de los jugadores de Francia, obligan a la Selección argentina a manejar una intensidad defensiva y un nivel bajo de error, que hasta el momento no se le vio ante Islandia (1-1), Croacia (0-3) ni Nigeria (2-1).
Pero el empuje que arrastra el conjunto albiceleste desde que Marcos Rojo hizo esa aparición fantasmal dentro del área a los 41 minutos del segundo tiempo para darle la clasificación a octavos es notorio.
El cambio de ánimo y de clima en el bunker de Bronnitsy dejó atrás las horas más convulsionadas y hasta podría provocar que por primera vez en su era, Sampaoli repita un equipo de un partido para otro.
Aunque cada encuentro es un desafío aparte, el entrenador santafesino confiaría en la conexión Ever Banega-Lionel Messi, ratificaría a Ángel Di María en la banda izquierda, mientras que aún no dio a conocer si mantendrá a Gonzalo Higuain como centrodelantero.
Pese al error en la definición que tuvo ante Nigeria parecía que el jugador de la Juventus era una fija en el ataque de Argentina, pero trascendió que Sampaoli podría colocar desde el arranque a Cristian Pavón, quien iría como extremo dejando a la “Pulga” como falso nueve.
El arco defendido por Franco Armani y los cuatro defensores de contacto parecen haber encontrado su lugar, aunque la calidad individual del ataque de Francia obligará a estar finos en el 1 vs 1 y las coberturas.
En números, el plantel argentino no pierde un cruce directo en los 90 minutos reglamentarios desde el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando en cuartos de final Alemania lo goleó 4 a 0: la Copa América 2011 fue por penales ante Uruguay, la final de Brasil 2014 en el alargue contra los germanos, y desde los 12 pasos frente a Chile en Copa América 2015 y Centenario 2016.
“El rival es difícil, pero nosotros tenemos que recuperarnos y pensar en Francia, que por algo clasificó, porque es un gran equipo también”, expresó Armani, tras el debut en el arco albiceleste.
Entonces, ¿puede la experiencia en este tipo de definiciones a nivel selecciones (no clubes) un punto a favor de dónde agarrarse para la Argentina?
Ese punto de experiencia es una preocupación para los franceses, que ya vieron como en casa se les escapó la Eurocopa 2016, y no quieren que esta Generación Dorada de jugadores (al igual que Croacia o Bélgica hoy en día) pierdan su oportunidad.
Argentina roza los 31 años de promedio de edad entre sus futbolistas, visiblemente superior al que presenta el conjunto galo.
El entrenador Didier Deschamps -campeón del mundo como jugador en 1998-, osciló en cuanto a sistemas tácticos: en el debut ante Australia optó por un 4-3-3 con Samuel Umtiti y Raphael Varane en el eje de la defensa y Antoine Griezmann, Kylian Mbappé y Ousmane Dembelé como trío de ataque.
Si bien no lo confirmó, ante la Argentina aparecería un 4-2-3-1 en el que las novedades son Matuidi como extremo izquierdo y Giroud como centrodelantero.
Al igual que ocurrió en la opinión pública de los hinchas albicelestes, la posición de Matuidi generó polémica en Francia, porque no es su lugar natural.
El otro punto que deberá resolver el conjunto galo tiene nombre y apellido: Lionel Andrés Messi. Es que ellos ven a la Argentina endeble colectivamente y quieren aprovechar esa diferencia.
Messi es “un chico al que le gusta moverse, hay que intentar estar pendientes”, sostuvo el mediocampista Blaise Matuidi, quien quedó impactado con el golazo del rosarino ante Nigeria, a partir del doble control antes de la definición de derecha.
El centro de la zaga gala conoce bien al capitán nacional, que si es capaz de superar la primera línea de presión del mediocampo, se encontraría con el madridista Raphael Varane y con su compañero de equipo, Samuel Umtiti.
“Debe servir de algo conocerlo bien, saber cómo se mueve. Pero lo intento desde hace dos años y en el entrenamiento a veces se me hace muy complicado”, reconoció Umtiti, entre risas, en conferencia de prensa.
El ex zaguero del Lyon se colocará en el perfil izquierdo de la defensa francesa, por lo que será el último muro de contención de un equipo que utilizará todas sus armas para frenar al máximo goleador de la Selección.
“No creo que exista nadie en la Tierra que pueda encontrar un remedio para parar a Messi. Será algo más colectivo”, resumió el miércoles Presnel Kimpembe, compañero en el París Saint Germain de Giovani Lo Celso, que todavía no tuvo minutos cuando de perfilaba para ser titular.
Fuente: Ambito