El gobierno de Javier Milei llegará este lunes a sus primeros seis meses de gestión. Arribará al medio año, un plazo redondo que permite trazar balances, acaso tras la peor semana desde que La Libertad Avanza accedió al poder.
Además, si bien el Presidente cuenta a favor con cierta paciencia social en medio de un ajuste impiadoso, los tiempos siguen corriendo: en paralelo a la necesidad de mostrar resultados en el bolsillo de los argentinos de a pie, puede la sociedad correrle el arco a Milei, y que la baja de la inflación (si se sostuviera) sea menos valorada de no repuntar la actividad económica, con consecuencias en el empleo y en el salario real, temas que ascienden posiciones en la tabla de temores, tal como indican numerosos sondeos de las últimas semanas.
En el Gobierno evitaron los balances sobre lo hecho hasta aquí. Es, tal vez, un síntoma. En el cuadrante de los hechos positivos, podría anotarse que Milei fue consecuente con lo central de su discurso de campaña. Claro, dijo que haría cosas impopulares y tuvo respaldo en las urnas. Tal vez, la dosis de licuadora no había sido especificada, y el ajuste llegó menos a la casta que a los trabajadores y jubilados. Pero en el trazo grueso, hizo lo que anunció.
“El primer mérito es que la agenda es la agenda de Milei, todo lo que estamos comentando es lo que hace o dice Milei. Segundo, instaló que es una agenda de cambio fuerte, eso pasa desapercibido. Tercero, restituyó la autoridad presidencial: claramente es el presidente, no comparte el poder, a diferencia, por ejemplo, de Alberto Fernández. Después, puede gustar o no lo que haga, pero no cabe en duda sobre su liderazgo”, expresó a Ámbito el analista político Carlos Fara.
“La cuarta cosa positiva es que hay un aprendizaje en lo político del primer Milei, que era más dogmático en los primeros tres meses, hasta el discurso del primero de marzo. Absorbió muchas de las cosas que los dialoguistas le plantearon, respecto de cómo había que manejarse con el Congreso: está más cerca que nunca de tener la primera ley, teniendo en cuenta las dificultades del caso”, agregó el politólogo.
Una espada del peronismo también hizo referencia al liderazgo de Milei: “El fenómeno libertario es masculino, y Milei le devolvió cierta potencia al liderazgo, que no tenían ni Alberto ni Macri”. Y puso el foco en la relación directa entre la esperanza que se sostiene y los últimos dos gobiernos. “La gente hace ocho años que la está pasando mal. Nosotros no resolvimos los problemas que dijimos que íbamos a resolver. Es lógico que le crean a Milei”, expresó.
Alimentos y los dos tercios
Los desbarajustes en Capital Humano pueden hacer mella. Si hay balas que a laLibertad Avanza no le deberían entrar para sostener su propuesta de cara a la sociedad son la que apuntan a la austeridad y la corrupción. Los alimentos no entregados en momentos de alarmante suba de la pobreza destaparon también un sistema de contrataciones por parte del ministerio de Sandra Pettovello que emerge, de mínima, como dudoso. Lo mismo respecto a gastos cuantiosos que están siendo investigados.
Milei sostiene a Pettovello, aun cuando todos los días sus funcionarios envían telegramas de renuncias. El caso crece y puede convertirse en una bisagra por su poder de síntesis de todos los males del Gobierno: inoperancia en la gestión burocrática, insensibilidad social, impericia política.
Milei con chicos en Plaza de Mayo.
La motosierra combinada con falta de baqueanos que conozcan las áreas de la administración pública puede tener costos mayúsculos. Se vio hace poco con las erogaciones innecesarias de millones de dólares para traer busques de GNL desde Brasil para compensar la falta de gas en estaciones de servicio e industrias.
Al respecto, en diálogo con este medio, Fara mencionó: “Por el lado negativo, en estos últimos días se vio una situación de mucha dificultad de gestión política, por la inexperiencia, más allá de que me parece acertado que hayan elevado el poder a Guillermo Francos, porque es el que más experiencia tiene. Segundo, está claro que la deficiencia en la experiencia de gestión estatal se está haciendo sentir a medida que pasan los días: el tema del gas, del tren, de los alimentos, los manejos de política exterior. Hay un montón de cosas que ya se van notando. Falta de expertise, y por supuesto, un esquema económico que está prendido con alfileres, respecto de cuánto efectivamente puede tirar de la cuerda sin que se le desarme el esquema”.
Entre las incógnitas que aparecieron de manera reciente es si el empoderamiento de Francos en la jefatura de Gabinete alcanzará para suturar relaciones políticas atadas con alambre. El “estilo Milei”, en el que muchas veces se escudan funcionarios del Gobierno para justificar agresiones difíciles de aceptar, horadó vínculos con gobernadores, legisladores e incluso generó quiebres en el propio oficialismo, que tiene pocos soldados, no tan avezados, y encima están divididos. “Es una mesa muy chica que decide todo y que eliminan sin piedad a los mismos funcionarios del Gobierno”, mencionan desde adentro de LLA, que tiene bloques partidos en el Congreso, en la legislatura porteña y en el parlamento bonaerense.
La votación en Diputados del proyecto de recomposición de jubilaciones tiene varias aristas para destacar, y que pueden marcar el segundo semestre. En primer lugar, el número opositor fue abrumador: 160 voluntades de la unión entre peronistas, radicales y sellos de provincias. Apenas 72 almas pusieron el pecho con el voto negativo al proyecto denostado por Milei porque tensiona, supuestamente, el equilibrio fiscal.
Además de reflejar algo que se había advertido en esta columna (los radicales como opositores a Milei y no al kirchnerismo, corriendo la línea divisoria), las fuerzas políticas mostraron estar muy cerca de los dos tercios de la Cámara: 171 votos si estuvieran todos los diputados sentados. “Le estamos avisando al Gobierno que no le conviene vetar, porque con los dos tercios de los votos va a tener que cumplir con la ley y además va a pagar un costo político muy alto”, expresaron a Ámbito desde la UCR. En tanto, desde Unión por la Patria, coincidieron: “Si quiere, lo puede financiar, además: que toque Bienes Personales que beneficia a mil personas y es un 0,5% del PBI, y que habilite un aumento a los jubilados que le va a representar un 0,45 del PBI”.
En el Senado, UP cuenta con casi la mitad de las bancas. Una alquimia similar con la UCR y provincialismos le permitiría también llegar a esa proporción. “Dos tercios en cada cámara es lo que se necesita para iniciar un juicio político”, graficaron desde el PJ.
Otro hecho curioso fueron las ausencias de diputados del PRO, que hasta ahora se alineaban sin peros a LLA. Hubo siete ausencias del partido de Mauricio Macri al momento de la votación, dos de ellas significativas: Silvia Lospennato, elogiada por Milei por haber facilitado la aprobación de la Ley Bases en la Cámara de Diputados, y María Eugenia Vidal. De hecho, la exgobernadora de Buenos Aires había enhebrado un encendido discurso contra el proyecto, tomando las banderas fiscales. Sonó más mileísta que Milei… pero al momento de votar no estaba.
Los crujidos internos en el PRO también son un asunto de LLA, ya que son aliados potenciales para 2025. Pero las tensiones Macri-Bullrich siembran de dudas ese joint venture. Deberá hacer números Milei: en qué distritos le convendrá ir de la mano de los amarillos y en cuáles será preferible ir en soledad, para ganar bancas propias.
La reacción de Milei luego de la votación fue asimismo un paso atrás respecto a la calma que venía mostrando con las cuestiones domésticas, abocado quizás a su agenda internacional. Las diatribas contra senadores y diputados son un dolor de cabeza para los negociadores del oficialismo. Las relaciones con el Congreso y con los gobernadores pueden retroceder un casillero, en la previa de la llegada de la Ley Bases al Senado.
“Si bien consiguieron el dictamen, tiene más la mitad de las firmas en disidencia”, dijo un opositor de un bloque federal, que no le da por ganada la batalla al Gobierno. “Todavía la moneda está en el aire”, agregó. La Ley Bases es clave para demostrar músculo político, que dé señales de viabilidad. El dictamen propio de Martín Lousteau presentado el viernes es casi otra ley, y cascotea desde la trinchera radical al proyecto oficialista. En peronismo insistirá con el rechazo, porque además desconfían del Gobierno si aprueban en general y hacen modificaciones en particular. Sospechan que Milei insistirá con el texto original en Diputados. Para bloquear esa chance, hay artículos que deberían tener los dos tercios de los votos en la Cámara Alta. “Es más fácil conseguir 37 votos para la mayoría simple que 48 para la mayoría especial. Por eso insistiremos con el rechazo total”, expresaron desde el bloque de UP.
La relación con los gobernadores, que parecía encarrilarse, volvió a tener grietas tras el enojo tuiteril del Presidente. Una prueba fue el esquive en Agroactiva, en Santa Fe, de Milei al cordobés Martín Llaryora, al entrerriano Rogelio Frigerio, con apenas un breve saludo con el local Maximiliano Pullaro. Los tres están en el bando intermedio. Los llamados reformistas, que dan avales a la carta, y también rechazos cuando consideran. El vínculo con los mandatarios siempre está a punto de estallar.
En cuanto a la Justicia, hay ambivalencia. Milei dice respetarla, pero la cuestiona cuando hay fallos en contra como los de Sebastián Casanello en el affaire Capital Humano. “Es torpe porque irrita con poco”, dice un conocedor de los pasillos de Comodoro Py. Aunque reconoce que Milei ha garantizado condiciones materiales que son superiores a todas las administraciones anteriores.
Por supuesto, esa debilidad política podrá maquillarse si la economía repunta. Como indicó el analista político Carlos Fara: “Más allá de que haya recuperado divisas y saneado el Banco Central, y más allá de la baja de inflación, hay dos cuestiones. La primera es si no hay una hoja de ruta que lo obligue a volver a hacer una devaluación, con lo cual es empezar de vuelta el proceso inflacionario; y, en segundo lugar, el hecho de que vía ajuste entremos en una recesión tan fuerte cuya recuperación económica va a ser muy lenta, pueda desplazarse la preocupación por el tema inflacionario, por el tema desocupación, y entonces eso le deteriore la legitimidad por resultados que está logrando en materia inflacionaria”. “Si el esquema económico no cierra, todo lo demás no va a tener mucho sentido”, concluyó.
El segundo semestre será una prueba para el Gobierno. Deberá levantar la puntería en la política, evitar el fuego amigo, recomponer relaciones, y rogar porque no se socave la paciencia y la confianza de su base electoral.
Fuente: Ambito