Tras un año y medio sin datos oficiales sobre pobreza e indigencia y frases como la del ministro de Economía, Axel Kicillof, quien se excusó de dar datos para no “estigmatizar” a los pobres, la presidenta Cristina Fernández encendió la mecha y reavivó la polémica sobre cuántos argentinos carecen de los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades.
Al segundo semestre del año pasado, las estimaciones privadas daban cuenta de 25% de pobreza, según señalaron los técnicos desplazados del Indec en base a la canasta de lo que era la metodología tradicional del organismo oficial pero con los precios corregidos por inflación. Así, se necesitaron $ 6.384 en una familia tipo para no caer en la pobreza, según los trabajadores echados por la intervención de Guillermo Moreno. Para el diputado por Camino Popular, Claudio Lozano, seis de diez trabajadores que ganaban a fin del año pasado $ 6.064 no llegaban a cubrir las necesidades de una canasta total que se estimó en $ 7.720.
Para Lozano, esto “demuestra por un lado la necesidad objetiva de contar con más de un salario para sostener el hogar, y por otro lado, las deterioradas condiciones de vida que padece una porción importante de los trabajadores”.
Los más de 110 mil trabajadores alcanzados por el salario mínimo vital y móvil de $ 4.716 tampoco pueden afrontar las canastas privadas. El Indec, por su parte, dejó de publicar cuál es el mínimo que se necesita para no caer en la pobreza e indigencia después del primer semestre de 2013 y adujo un cambio de bases a partir de la entrada en vigencia del nuevo índice de precios nacional (IPC-Nu), que entró en vigencia en enero de 2014.
Incluso según los datos del Indec de salarios promedio, los salarios de varias regiones no llegan a cubrir la canasta total o llegan con lo justo. El informe de Evolución de la Distribución Funcional del Ingreso asegura que el salario promedio –en blanco y neto–es de $ 7.200 en Santiago del Estero, de $ 7.400 en Misiones y $ 7.800 en Corrientes, mientras que en promedio, el total del país llega a $ 10.700 por el impulso de los salarios patagónicos.
En la división por regiones, la pobreza se agudiza en el Noreste, con 39,3% y en el Noroeste, con 30,4%. El porcentaje más bajo se da en la Patagonia, con 13,8% de las personas.
Para la consultora Ecolatina, que dirige Marco Lavagna, la Canasta Básica de Alimentos (que mide el límite de indigencia) y la Canasta Básica Total (que es la referencia para la pobreza) mostraron aumentos de hasta el 50% y elevaron los índices de indigencia y pobreza a 10% y 27% en 2014 (contra el 6,5% y 21,3% de la población en 2013, respectivamente). Si bien destacan la “estabilización de la inflación por debajo del 30% este año” y esperan un menor aumento en alimentos, del 25%, aclaran que será difícil volver a los niveles de pobreza e indigencia previos a 2013.
Según el Isepci, que dirige Isaak Rudnik, en diciembre del año 2014 los niveles de pobreza en siete de las ciudades más numerosas del país, iban de 24,48% en Mar del Plata a 44,79% en Chaco, 44,67% en Salta y 43,41% en Corrientes, pasando por el 29,72% en el Conurbano de Buenos Aires, y 33,01% en Tucumán. “En ningún caso las cifras están por debajo de los dígitos”, sostuvieron sobre la base del trabajo del índice barrial de precios.
Fuente: Fortuna.