Desde su cargo como presidente de AIMAS, la Asociación Intermodal de América del Sur, Jorge de Mendonca compartió un cuadro de situación sobre el panorama ferroviario y las condiciones que se presentan en el marco posterior a la inundación del 7 de marzo.
«Desde la década del ’90 estamos abocados al tema de los accesos ferroviarios en la ciudad hasta que surgió el tema de la famosa súper autopista. Esa idea innecesaria hizo perder todo el trabajo previo en materia ferroviaria y los estudios en materia hidráulica. No hablo de mega obras, simplemente que ese tratamiento frenaba una gran parte del agua, determinar los problemas y detectar todos los defectos», indicó.
«Nos quedamos sin ferrocarril y a muy poca gente le importa. Hace 60 años que de a poquito lo vamos perdiendo. El planteo de un reseteo apunta a dejar atrás los parches y dar un vuelco definitivo. Para eso requerimos inversiones genuinas para aprovechar las oportunidades que presenta el contexto nacional. Es un reseteo mental, no puede ser que no tengamos ferrocarril», sostuvo.
«Necesitamos especialistas en la materia que se sienten con los poquitos ferroviarios que nos quedan. Hay que mejorar el ADN. Si no se plantean las metas comerciales y se traza una unidad de negocios, toda nuestra región quedaría en proyectos sueltos. Estuvimos reunidos con la industria, el comercio y actores importantes. Enviamos el reseteo a las autoridades del caso y brindar esta opción. Hay que hacerlo ahora», concluyó.
Información complementaria
Este texto analiza el impacto de la reciente tragedia en Bahía Blanca debido a la falta de adecuación hídrica de la infraestructura ferroviaria y cómo esto presenta una oportunidad para repensar el sistema ferroviario en la región.
Propone un cambio de paradigma comercial, de información, de colaboración, de datos abiertos, que contemple la reconstrucción de 7.000 km de vías y una inversión masiva de 10 a 13 mil millones de dólares bajo un modelo de Ferrocarril Integrado 5F, inspirado en el sistema intermodal de transporte de Norteamérica.
Esto reducirá costos de transporte y mejorará la logística entre la región, los puertos y la conexión con Chile.
La falta de adaptación histórica del ferrocarril a los cambios urbanos y naturales es vista como un problema estructural que ha llevado a la desconexión entre la sociedad y esta infraestructura.
El texto enfatiza la necesidad de un modelo económicamente rentable y colaborativo, que utilice datos abiertos y georreferenciados como base para la toma de decisiones y la resiliencia ante futuros desastres. Finalmente, se propone que esta transformación mejore la economía territorial de la Norpatagonia, el sur de la región pampeana y parte de la región cuyana.
En resumen, propone un cambio de paradigma para las decisiones logísticas y expresa la oportunidad de generar alianzas con expertos y empresas del intermodalismo de Norteamérica.