Las altas tasas de interés que el Banco Central paga a los bancos se derramaron sobre el tradicional plazo fijo, que luego de mucho tiempo con rentabilidad por debajo de la inflación recuperó el atractivo para miles de ahorristas: desde comienzos de septiembre, el total de pesos colocados en este instrumento se incrementó un 23% en términos nominales y se encuentra en su mayor nivel del año: $1,36 billones.
Con tasas de interés por debajo de la inflación durante años, el plazo fijo fue una mala inversión ante los ojos de los analistas, que recomendaban otras alternativas como el dólar, las Lebac o las Letes. Sin embargo, el escenario cambió con el nuevo plan del BCRA y su plan de limitar el crecimiento de la base monetaria.
“Lo que pasó en ultimo tiempo es que efectivamente los bancos trasladaron a los plazos fijos la mayor rentabilidad que tienen con las Leliq-Letras de liquidez- y se volvieron más atractivos”, dice el economista Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T, en referencia al “mecanismo de transmisión” que conecta al BCRA con el inversor minorista.
Para retirar pesos de circulación y cumplir con el objetivo de un crecimiento nulo de la base monetaria hasta junio de 2019, el Banco Central retira pesos con Leliq, que pueden ser adquiridas únicamente por los bancos y ofrecen una tasa de interés superior al 71%.
Con ese retorno atractivo, los bancos salen a buscar más pesos al mercado y, para atraer a sus clientes, suben también la remuneración de sus plazos fijos en pesos.
Ese es el factor que explica que el retorno de los plazos fijos a 30 días en promedio, según el registro diario que elabora el BCRA, pasó de 35,4% a principios de septiembre al 48,48% actual -hay entidades que ofrecen más del 55%-, con una inflación proyectada para los próximos 12 meses en el 32,9%, según el último Reporte de Expectativas del Mercado del BCRA.
Con esa mejora en la tasa -13 puntos porcentuales- más alta que la vigente a principios de septiembre, cuando los plazos fijos pagaban un 35,41% en promedio- y el retroceso del dólar -llegó a $41,89 a fines de septiembre y hoy cotiza por debajo de $38- incentivaron el crecimiento del plazo fijo: los depósitos en esta modalidad superan los $1,3 billones.
“Hay una aceleración, sobre todo a partir de los últimos 40 a 60 días. La estabilidad del tipo de cambio hizo que se redujera sensiblemente la demanda de dólares, y al reducirse la incertidumbre, hay más interés por inversiones y depósitos en pesos”, afirman en el banco Santander Río.
Además del plazo fijo tradicional, una modalidad que parte de montos menores y crece aún más velozmente el de los plazos fijos en modalidad UVA, que se indexan por CER s un interés y permiten al cliente cubrirse de la inflación. Según los datos del BCRA, el monto depositado en este instrumento se incrementó un 136% desde inicios de septiembre: pasaron de $13.785 millones a $32.622 millones.
Con la recuperación de las tasas de los plazos fijos, desde la mirada de un ahorrista individual, se abren oportunidades de inversión para obtener una rentabilidad o al menos no perder contra la inflación, aun a riesgo de exponerse a un salto del tipo de cambio que pulverice ese capital.
Si bien este instrumento, el más sencillo para muchos usuarios bancarios, exige dejar los fondos inmovilizados -las Lebac, en cambio, podían venderse antes de su vencimiento-
también crece el interés por los fondos comunes de inversión en pesos, que concentran inversiones en plazos fijos u otras herramientas y permiten al usuario recuperar su dinero en 24 a 48 horas.
La contracara de esta suba de tasas, sin embargo, es el encarecimiento del crédito al
consumo y la inversión, que impacta negativamente en la actividad económica. “Así como los bancos están dispuestos a pagarles más al depositante, les van a cobrar más a los que pidan prestado y eso es un problema. Si las Leliq es una inversión de corto plazo y segura, no le van a prestar barato a un individuo riesgoso y a dos años”, concluye Tiscornia.
Fuente: La Nación