El ministro de Economía, Sergio Massa, entiende que este año las posibilidades de que ingresen dólares a la Argentina no son justamente las mejores, pero sabe que si hay una chance de que esto ocurra, será a través del campo, y analiza de qué forma se puede motorizar la liquidación de las exportaciones del agro, que sufre una sequía histórica que ya genera pérdidas del orden de los u$s 20.000 millones.
Como parte de esto, y en medio de las tratativas que el ministro lleva adelante en los Estados Unidos para evaluar la última revisión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), además de evaluar las últimas medidas del Gobierno, hay una idea que se puso sobre la mesa.
Se trata de una opción que tiene como objetivo central incentivar al sector a apurar las exportaciones, y que fijará un tipo de cambio diferencial para los distintos subsectores.
Si bien todavía no hay nada cerrado en este sentido, se estima que ese dólar podría rondar los $ 300. Además, abriría una ventana de un lapso determinado para que los productores puedan acceder a este beneficio, es decir que no sería una propuesta a largo plazo.
De este modo quedarían fuera de competencia el dólar soja 3 y el dólar malbec, dos ideas que circularon, y que incluso la variable para el sector vitivinícola había sido deslizada por el propio Massa.
Dólares cuanto antes
La necesidad de sumar dólares lo más rápido posible tiene que ver desde ya con el cumplimiento de las metas con el Fondo, pero también con que el agujero que se presenta para responder a los pedidos de importaciones es cada vez más alto. De hecho, los cálculos oficiales sostienen que, hasta agosto o septiembre, se podría totalizar un déficit en este sentido de u$s 10.000 millones.
Si todo sale bien y finalmente se pone en marcha este nuevo tipo de cambio, el Gobierno estima que se podrían sumar al menos unos u$s 4000 millones, todavía muy lejos del rojo previsto, pero al menos permitiría achicar los problemas en este sentido. La mitad provendría de la soja.
La opción de aplicar este tipo de cambio diferencial -que algunos llamarían desdoblamiento, término mal visto dentro del Gobierno- avanza pero deberá continuar su camino cuando Massa vuelva de su gira por los Estados Unidos.
Además de apuntalar los pormenores de lo que sería esta decisión, también habrá que ver cómo funciona el filtro del ala kirchnerista que forma parte del Gobierno, que nunca vio con buenos ojos lo que se perciba como un favor hacia el campo, aunque en este caso entiende que en un año electoral, y con la economía en estado delicado, estos esfuerzos podrían tener sentido.
Donde el Gobierno sigue sin intenciones de avanzar es en el volumen de recaudación que le habilita hoy el agro. La baja o la anulación de las retenciones son puntos que se discuten desde hace tiempo, pero Economía sabe que si se acepta este pedido, también se podría abrir un frente de conflicto en el segmento de la recaudación. Los productores desmienten esto, y explican que, sin retenciones, las posibilidades de exportaciones serían mayores.
Según explicó a El Cronista el secretario de Agricultura, José Luis Bahilo, la posibilidad de que se toque el actual esquema de retenciones “no tiene lugar ni por un período determinado ni mucho menos de forma permanente”.
Fuente: El Cronista