El 25 de marzo de 1884, justo un mes antes de la llegada del tren, el arroyo Napostá desborda y Bahía Blanca se inunda. Lo mismo había sucedido el año anterior, obligando a posponer la inauguración de la línea. Estevan Ricard, un ingeniero norteamericano al servicio de la empresa de capitales británicos Ferrocarril Sud, propone por entonces una solución al problema.
Imprevisibles, otras grandes tormentas ocurrieron desde entonces. A pesar de ello, el canal que imaginó Ricard tardaría 67 años en realizarse y, tras su inauguración, 74 en desbordarse a causa de lluvias de una intensidad sin registro.
Aunque la catástrofe del último 7 de marzo se nos impone como un hecho excepcional, no es la primera vez que Bahía Blanca se inunda. Sucedió en 1883, 1884, 1908, 1911, 1914, 1923, 1925, 1933, 1940, 1944. Nuestros desafíos, de cara al porvenir, dialogan con los de nuestros vecinos de antaño.
El pasado en primicia / 3
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