Un spray capilar que hace crecer el pelo en el 85% de los pacientes que lo utilizaron, luego de noventa días de tratamiento. Parece milagroso, pero es cierto. Y además, es un spray argentino.
Científicos de nuestro país vienen estudiando y trabajando desde 2006 en una fórmula efectiva y natural contra la alopecia o calvicie, un problema que afecta al 50% de la población masculina mayor de 30 años.
Su desarrollo es el resultado de un acuerdo de transferencia tecnológica entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el laboratorio argentino Garré Guevara.
Y quienes estuvieron detrás de la formulación del producto Ecohair, son la doctora Claudia Anesini, investigadora del Instituto de Química y Metabolismo del Fármaco (IQUIMEFA), y el doctor Roberto Davicino, que se desempeña en el Centro Científico Tecnológico CONICET – San Luis; con la colaboración de la doctora María Rosario Alonso, de IQUIMEFA.
La acción terapéutica del revolucionario producto se basa en las propiedades de la Larrea divaricata o jarilla hembra, un arbusto de tallos leñosos que puede hallarse en la Patagonia, y la Coffea arabica o cafeto arábico, la principal especie destinada al cultivo del café.
Los investigadores comenzaron a experimentar en ratones con el pelo faltante y comprobaron que se les regeneraba. Después de varios ensayos pre-clínicos (en laboratorio y animales) y clínicos (con personas voluntarias), lograron la patente del invento natural.
“De acuerdo con ensayos clínicos realizados en el país, su uso durante noventa días reportó mejoras en el 84,6% de los pacientes con alopecias no cicatriciales, en las cuales los folículos presentan una patología pero continúan con vida. Asimismo, se verificó el engrosamiento del cabello y la aparición de nuevas hebras, tanto en hombres como en mujeres, sin efectos perjudiciales para la salud dadas sus características hipoalergénicas y una composición libre de gluten, alcohol y conservantes con parabenos”, comentó Anesini.
Respecto a los estudios, la doctora Anesini señaló: “Se llevaron a cabo por un instituto especializado de Rosario, y se hicieron con un grupo de pacientes con distintos tipos de alopecia; pero la mayoría presentaba alguna patología relacionada con la testosterona, tanto en hombres como en mujeres”.
De acuerdo con ensayos clínicos realizados en el país, su uso durante noventa días reportó mejoras en el 84,6% de los pacientes con alopecias
“La mayor eficacia se observó en los dos primeros grados de la escala de Hamilton Norwood, que clasifica los estadios de la alopecia. Los resultados constataron una disminución de la caída del pelo y mayor crecimiento en un grupo etario comprendido entre los 31 y 45 años”, comentó. El proceso de análisis atendió no sólo al crecimiento de cabello nuevo, sino también a su fortaleza y grosor en sucesivas etapas.
“Las mediciones a los quince, a los treinta, a los sesenta y después a los noventa días mostraron un proceso gradual, donde se atestigua un efecto progresivo gracias a la continuidad en el uso”, resaltó Anesini, aunque los resultados comienzan a ser visibles a las dos semanas de aplicación.
El emprendimiento fundado por Sergio Garré y Gabriela Guevara, cuya patente pertenece a CONICET, pudo concretarse a través de la Dirección de Vinculación Tecnológica del Consejo, que primero evaluó la propuesta técnica y comercial para luego otorgar la licencia. Sin embargo, los desafíos no terminaron allí ya que fueron necesarios diversos ensayos y procedimientos con el fin de escalar la fórmula del laboratorio a volúmenes industriales, sin alterar la calidad de los principios activos.
En ese sentido, Garré comentó: “Cuando nosotros licenciamos la patente, pensábamos que teníamos la receta mágica y que a partir de ésta se iba a desarrollar todo el negocio. La realidad es que a esa receta la tuvimos que desarmar en infinidad de partes, y armar una mejora para hacer un producto industrial”.
Esa etapa de revisión, fue “un aprendizaje no sólo para nosotros sino también para los investigadores, porque cuando empezamos a desarmar todo el proceso se empezaron a problematizar un montón de cuestiones que previamente no se habían tenido en cuenta, como ser la variación química de las jarillas procedentes de distintos lugares. Entonces hubo un ida y vuelta, una sinergia entre el aprendizaje por parte de los investigadores y un aprendizaje por parte de la empresa”.
La directora de Innovación y Desarrollo de Garré Guevara, Yramis Lugones Portal, explicó: “La transferencia tiene una dinámica en dos sentidos, ni los investigadores se desentienden de nosotros, ni nosotros de ellos. Al contrario, esto funcionó en base a una fluida comunicación entre los unos y los otros. Acá se aunaron los esfuerzos de la empresa y del IQUIMEFA –el instituto que creó la patente–, porque seguimos investigando y buscando mejoras, apuntamos permanentemente a la innovación”.
Sobre la experiencia de transferencia, la doctora Anesini expresó: “Nos aportó muchísimo, porque antes el investigador no daba a conocer sus hallazgos, entonces gran parte de la población permanecía ajena a lo que hacemos en el laboratorio. Todo quedaba en un documento científico que leía solamente otro investigador, pero no lo leía un vecino. Ahora nos abrimos y podemos llegar a la gente y solucionar problemas concretos, como lo es la alopecia. Imaginate que no hay nada que pague la satisfacción personal que uno siente”.
En febrero de 2017 se publicaron los ensayos clínicos que certifican la efectividad del producto en la revista Skin Pharmacology and Physiology, órgano oficial de la Sociedad de Dermofarmacia de Suiza.
Tras evaluar los estudios realizados en Argentina y las comprobaciones de rigor, la editorial especializada decidió difundir los resultados de los exámenes. Al respecto, destacó que se “evidencia clínicamente el aumento en el crecimiento del cabello y una disminución de la pérdida, sin reacciones adversas”.
La firma, que logró el año pasado ventas por más de 16 millones de pesos en la Argentina, este mes comenzó a exportar a Reino Unido la loción para el crecimiento del cabello, el shampoo anticaída, el bálsamo acondicionador y el shampoo anticaspa. La empresa inglesa que se encargará del negocio en territorio europeo estima para los primeros doce meses ventas próximas a las 18.000 unidades, por un valor cercano a las 100.000 libras (USD 140.000).
El nexo entre los equipos de un lado y del otro del Atlántico, se produjo gracias a la intervención del biólogo y miembro del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT), Cristian Desmarchelier.
“Desde Inglaterra me llamaron para comentarme que habían desarrollado un muy buen procedimiento para detectar problemas capilares de manera temprana, pero flaqueaban en la etapa del tratamiento debido a que las ofertas actuales en el mercado tienen demasiadas contraindicaciones, entre ellas la impotencia. Recurrieron a mí porque querían saber si en Sudamérica tenemos alguna planta para la calvicie”, recuerda Desmarchelier.
“Fue entonces cuando surgió la oportunidad de contactarlos con la gente de Garré Guevara y así se fueron superando etapas hasta la aprobación del producto en Reino Unido y la firma de los acuerdos”, concluyó.
Fuente: Infobae.