La empresa Dow resumió en cuatro carillas cuáles fueron las causas del incidente ocurrido hace algo más de un mes en la planta, cuando una explosión conmocionó a los vecinos de Bahía Blanca y la región.
Al momento de puntualizar los antecedentes, el escrito se remonta al apagón del 16 de junio, cuando se produjo un corte en el suministro eléctrico que obligó a “detener inmediatamente de los crackers BB1 y BB2, lo que interrumpió sus operaciones”.
Además, aclara que “la magnitud del episodio implicó varios días de preparación para iniciar las maniobras de puesta en marcha de la planta, llevando adelante numerosas tareas de reparación ocasionadas por dicho evento”.
Y menciona que “en la madrugada del 28 de junio, durante las maniobras de preparación de la puesta en marcha de la planta Cracker BB2, se produjo un evento de seguridad de proceso que motivó la rotura del aparato sometido a presión, destinado a la contención de condensado y vapor”.
Luego de resaltar que no hubo heridos ni afectación del ambiente, señala que el equipo cuenta con 3 válvulas de seguridad, las cuales reciben mantenimiento de acuerdo a las normas referidas.
El aspecto por el cual se sostiene que existió una falla humana radica en el siguiente tramo del informe: “El proceso de investigación interno de la compañía constató la condición de cerrada de una válvula de operación manual que debió ser la primera en abrirse de acuerdo a lo que indica el procedimiento crítico de puesta en servicio (…) circunstancia que impidió el funcionamiento del dispositivo de alivio de presión que está diseñado precisamente para la protección frente a una situación de sobrepresión”.
“Ello provocó la presurización del equipo por encima de su valor de diseño y posterior rotura”, y añade: “La presión aumentó como consecuencia del ingreso de la corriente de condensado proveniente del horno H-123 que es la situación operativa normal de diseño, puesto que la válvula de alivio de presión que asegura el equipo no estaba alineada correctamente”.
Por último, resalta: “En el caso, no se siguió con la metodología del sistema operativo de manejo del equipo para su puesta en marcha. Ello generó un sonido explosivo en el momento en que se liberó el vapor de agua allí contenido. El incidente no generó la liberación controlada ni descontrolada de ningún producto químico, tóxico o inflamable”.
En el cierre, el apoderado firmante del informe entregado por Dow al CTE, Víctor Segui, hace un punteo de las tareas llevadas a cabo luego del evento. César Pérez, titular del organismo encargado de controlar el normal funcionamiento de las empresas del Polo había adelantado parte del contenido del escrito.
En el transcurso de las próximas horas se conocerá el resultado de las pericias solicitadas por el fiscal Christian Aguilar, las cuales son vitales para avanzar en el marco de la investigación judicial y determinar las responsabilidades.