Ayer fue el día de retomar el hilo de la propuesta del 8M, cuando desde el Museo del Puerto, el Centro de Salud de Ing. White y PAMI Ing. White invitamos a vecinas de otras instituciones locales a bordar el nombre propio de una mujer que quisieran hacer visible, nombrar como parte de la historia colectiva.
Desde entonces no pararon de moverse agujas cosiendo más de 50 telas con nombres de integrantes de comisiones y clubes, cocineras, abuelas, referentes barriales, militantes políticas, docentes, amigas.
Llegó el momento de ver todos esos nombres reunidos en el patio delantero del museo, de reencontrarse y escuchar los motivos de elección de cada uno, desde la voz de cada una.
Entre otras vecinas, Marcela Greco, del Club Atlético Puerto Comercial, recordó los nombres de Isabel Gabari y Berenisse Gabari, referentes del club que impulsaron, entre otras cosas, la construcción de la pileta en la década del 50: “Siempre se nombraba al hombre, como que era el precursor, el que hacía… pero estaban ellas atrás de todo”.
Alejandra Cendali recordó a las vecinas vinculadas a los inicios del Centro de Salud: “Eran momentos difíciles y las mujeres se ponían el tema social al hombro. Se necesitaba un hospital porque para ir al Penna a tener un bebé, era la misma distancia que ahora y no había caminos. Y bueno, dijeron: Vamos a hacer un hospital”.
Stella Maris Giménez, un poco en nombre de todas, pronunció el nombre de María Elena Vila, vecina, amiga y directora de la Biblioteca Mariano Moreno a quien muchas personas de la comunidad bordan en la memoria, extrañando.
Y así, en cada una de las voces fue posible reponer las historias y sentimientos que se traman en un nombre, y la comprobación de que también este modo de nombrar textil muestra un tipo de mapa, afectivo, con el que una localidad se hace cada día.