El congelamiento de las tarifas de luz y gas rige hasta el 17 de diciembre, tal como lo estableció el decreto de necesidad y urgencia 543, del 18 de junio pasado. La cercanía de esa fecha, menos de un mes, y la necesidad de generar un esquema tarifario nuevo cruzando una importante cantidad de datos, harán que esa medida de emergencia se extienda durante los últimos días de este año y los primeros tres meses (completos o no) del 2021.
“El congelamiento tarifario es una decisión política. Como nos interesa mantener la capacidad de pago de la población, y la economía recién está empezando a recuperarse, lo más probable es que lo extendamos durante algunos meses”, indicaron desde la Secretaría de Energía.
De acuerdo al esquema planteado por el secretario de Energía, Darío Martínez, el universo de consumidores residenciales se divide en tres grandes segmentos: los más humildes, que seguirán pagando tarifa social; la clase media, donde la política será aumentar la tarifa pero sin afectar los presupuestos familiares; y los ciudadanos de mayor poder adquisitivo, a quienes se les aplicará el mayor aumento.
Con respecto al segmento más bajo de la población, el 40% de los argentinos según la estimación de Energía, la política será mantener la tarifa social basándose en el uso de la base de datos de Anses, la misma que permitió determinar rápidamente quiénes eran los más de 9 millones de argentinos que necesitaban cobrar el Ingreso Familiar Extraordinario (IFE).
Con respecto a la clase media, la política será que las tarifas acompañen la inflación general -el Presupuesto 2021 plantea que será del 29%- sin modificar el peso del gasto tarifario dentro de los presupuestos familiares. “La idea es que el aumento tarifario no sea mayor al de los ingresos familiares, así no se afecta la capacidad de consumo de las familias”, aseguraron desde Energía. (NA).