La asunción del nuevo presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, estará marcada este miércoles por la pandemia de coronavirus y la tensión política que vive el país, con una ceremonia con pocos invitados y sin público en una ciudad fortificada desde hace días por las fuerzas de seguridad.
Aunque el equipo de transición de Biden preveía ya un evento limitado por la Covid-19, que superó los 400.000 muertos en Estados Unidos, las recientes amenazas de grupos de extrema derecha, envalentonados tras el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero, terminaron por blindar la cita.
La toma de posesión de Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, será particular: sin desfile, sin multitudes, sin baile y con actos virtuales y televisados para compensar la ausencia de público.
El mandatario electo era esperado este martes por la tarde en Washington, donde unos 25.000 miembros de la Guardia Nacional han sido desplegados para garantizar la seguridad durante su asunción, más del doble de los solicitados en ceremonias pasadas.
El futuro presidente, un católico practicante que ganó las elecciones con la promesa de “reconciliar” al país, empezará este miércoles su jornada con una misa en la catedral de San Mateo, a la que también invitó a los líderes del Congreso, tanto demócratas como republicanos.
Poco antes del mediodía, comenzará la ceremonia de investidura en las escalinatas del Capitolio, una tradición a la que Biden se quiso aferrar, pese a que su equipo barajó hacerlo en el interior del Congreso.
El programa será transmitido por las grandes cadenas de televisión del país y en las redes sociales como YouTube, Facebook, Twitter y Twitch, indicó el equipo de transición de Biden. (Télam).