La angloholandesa Shell fue la primera de las grandes petroleras que tocaron ayer sus pizarras y aumentó 6% los precios de las naftas y el gasoil. Así siguió a Oil Combustibles, que hizo lo mismo, una vez finalizado el recambio turístico de la segunda quincena de enero.
Aunque de esta forma se inauguró el mercado desregulado ( tras 15 años de intervención estatal ), fuentes del sector apuntaron que YPF, con una participación del 55% en las ventas totales, espera luz verde del Gobierno para subir sus precios. Desde el Ministerio de Energía, al menos, se niega esa versión, con lo que las supuestas “sugerencias” vendrían de más arriba.
Consultado en conferencia de prensa sobre el cuarto incremento de los combustibles líquidos en menos de 90 días, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, respondió: “Los costos son los costos y tenemos que convivir con eso”. “Trabajamos con el sector para ver la mejor forma de construir una política de información, transparencia y competencia en el mercado para que se afecte de la menor manera posible el bolsillo de los argentinos”, señaló.
En los primeros días del año, la petrolera estatal analizó redefinir su estrategia comercial. El nudo de la cuestión es la segmentación de precios por zonas y horarios para intentar ganar una mayor porción de mercado. “Hay que recuperar el ejercicio de la competencia”, argumentaron desde adentro de la compañía. Con la desregulación, YPF no anticipará sus movimientos para “desorientar” a sus rivales (Shell y Axion, principalmente) e incluso evalúa en los próximos meses una modalidad más sorprendente: realizar pequeños descuentos en las estaciones de servicio en las que hay demoras por las largas filas, al estilo de los peajes.
En Axion, que ya se integró a Pan American Energy Group, terminaban anoche de definir si se aplica la suba. Shell quedó desde ayer con la nafta súper a $ 24,32 y la premium a $ 28,42. El gasoil común se consigue a $ 21,47 y el premium a $ 25,19. Aunque la posición dominante de YPF es indiscutible, en los últimos años la estatal resignó cuota de mercado en favor de Shell. La relación hoy está 55%-20%.
Aún con los nuevos precios, algunos jugadores de la industria se quedaron con gusto a poco, ya que esperaban un alza superior al 8% por la devaluación del peso y el aumento del valor internacional del petróleo en el último mes y medio.
A partir de las elecciones legislativas, las naftas subieron un 24%, en función de una combinación de esas variables. Desde los primeros días de 2017, los incrementos acumulan 40%.
La nafta argentina se encontraba hasta ayer a u$s 1,18 por litro, con un importante abaratamiento desde los u$s 1,29 tras el anterior aumento (por efecto de la depreciación de la moneda). Con los nuevos precios, estaría en u$s 1,25, por debajo de Brasil (donde los precios de los surtidores aumentaron hace unos días) y Chile (u$s 1,30). En Uruguay, las periódicas alzas de los combustibles (la nafta está a u$s 1,76 por litro y el gasoil a u$s 1,41) fueron una de las razones de un importante paro de productores rurales.
Otra de las novedades a las que estaban atentas las petroleras era el precio del bioetanol con el que se corta en un 12% las naftas. El Ministerio de Energía publicó ayer en el Boletín Oficial la Resolución 5-E/2018, que prolonga hasta el 31 de marzo los valores actuales del biocombustible.
Además, la Subsecretaría de Refinación y Comercialización de Recursos Hidrocarburíferos extendió hasta el 14 de febrero el plazo para que los ingenios azucareros y las anhidradoras presenten información sobre sus costos de producción y balances.
Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, se expresó muy preocupado. “Es gravísimo. Es un congelamiento de hecho, que viola la resolución 415/17 y sus modificatorias del mismo ministerio. La normativa estableció una baja de precios que no debía superar el 7,5% en el bioetanol de caña y el 10,5% en el maíz, pero no congelarlos. Hay insumos dolarizados que hasta abril no se van a poder tocar”, indicó Molina.
Fuente: El Cronista