Trump, que tiene su mente puesta en su reelección el año próximo, justificó la medida en la fortaleza del dólar, las devaluaciones que sufrieron el peso y el real en los últimos meses y la necesidad de blindar a los agricultores del país, uno de los pilares de su coalición en el medio oeste del país.
“Brasil y Argentina han estado presidiendo una devaluación masiva de sus monedas, lo cual no es bueno para nuestros agricultores. Por lo tanto, y con vigencia inmediata, restableceré los aranceles a todo el acero y el aluminio que se envíe a los EE. UU. desde esos países”, anunció Trump en Twitter.
Además, Trump instó a la Reserva Federal (Fed, en la jerga) a impedir que los países se “aprovechen” de la fortaleza del dólar depreciando sus monedas, sugiriendo que Brasil y la Argentina devaluaron a propósito. El presidente insistió además en que la Fed debería bajar la tasa de interés. “¡Bajen las tasas y alivien, Fed!”, cerró el mandatario.
La decisión del mandatario republicano llegó cuando faltan 8 días para la asunción de Alberto Fernández, y en el epílogo del gobierno de Mauricio Macri, a quien Trump llamó “amigo” y cuyo gobierno mantuvo una estrecha relación con Washington. Con su decisión, Trump también impactó a otro gobierno aliado: el de Jair Bolsonaro en Brasil.
La decisión del mandatario republicano llega a poco más de una semana del cambio de gobierno en el país. Tras cuatro años de buena relación con Mauricio Macri, a quien conocía desde hace años, cuando ambos eran empresarios, es incierto el vínculo que tendrá con el futuro jefe de Estado, Alberto Fernández.
Pese al buen vínculo, el gobierno argentino se enteró de la decisión de Trump por Twitter. Lo mismo las empresas. La decisión echó por tierra el acuerdo firmado en mayo de 2018, por el cual el gobierno de Trump se comprometió a mantener un cupo de importaciones de acero y aluminio exento de los aranceles implementados por Trump como parte de su ofensiva proteccionista. En su momento, el gobierno de Macri consideró ese acuerdo “un logro”.
El gobierno de Trump se había comprometido a un cupo equivalente al 100% del promedio del aluminio y al 135% del promedio del acero exportado en los últimos tres años. Ahora, a punto de ingresar en un año electoral complicado, Trump revirtió la medida. El presidente necesita asegurarse el respaldo de los granjeros en los cruciales estados de Iowa, Ohio y Pensilvania.
Monica de Bolle, economista senior del Instituto Peterson de Economía Internacional, dijo que la decisión no tiene nada que ver con la Argentina o Brasil, sino con la reciente fortaleza del dólar y la necesidad de Trump de enviar una señal a su base. Los granjeros de Estados Unidos han sufrido un duro revés con la guerra comercial con China, y son uno de los pilares de la coalición de Trump.
“Es todo político, no hay un razonamiento económico para esto”, afirmo.
Fuente: La Nación