Existen dos grandes problemas de salud que hoy sufren los habitantes de las grandes ciudades del mundo: el sedentarismo y la obesidad.
Los avances tecnológicos, que suponen cada vez menos esfuerzo en las tareas cotidianas, menos movimiento en el trabajo y en los desplazamientos, hacen que la actividad física quede relegada de la agenda rutinaria y reservada sólo para quienes tienen tiempo y dinero para acceder a un gimnasio o a un personal trainer.
El 6 de abril se conmemora el Día Mundial de la Actividad Física y es un momento ideal para recordar por qué es fundamental hacer deporte de manera sana, responsable y segura.
Una de las claves para salir del sedentarismo es observar qué pequeños cambios se pueden empezar a aplicar en la rutina y que produzcan un impacto beneficioso en la salud.
Por ejemplo, ir caminando a hacer las compras, a trabajar o al menos reemplazar algunos de los viajes en auto o en transporte público por la caminata o la bicicleta, es un gran paso para reincorporar el hábito de la actividad física.
“La actividad física es el pilar fundamental para lograr el mantenimiento del peso corporal a largo plazo”, comenta la nutricionista Liliana Grimberg, coordinadora del área de Nutrición del Centro Ravenna.
“El ejercicio recomendado era antiguamente el de alta intensidad, pero hoy está comprobado que el ejercicio físico no necesita ser tan intenso, ya que los planes leves y moderados tienen un impacto igual o superior, así como una mayor adherencia a largo plazo”, agrega.
Cuidados a tener en cuenta Hay que tener ciertos cuidados al momento de comenzar o retomar el hábito de la actividad física.
Los exámenes médicos son tan importantes y necesarios a la hora de empezar un deporte o retomar alguna actividad anterior como su práctica. Especialistas advierten que estos estudios no reemplazan los chequeos de rutina y deben realizarse tanto aquellos que desarrollen un deporte a nivel competitivo como recreativo, permitiendo orientar así a la persona hacia la modalidad más acorde a sus necesidades y condición físicas.
“Resulta fundamental hacer un chequeo cardiológico antes de iniciar la práctica de una actividad física y repetirlo en el plazo que su médico lo indique. De este modo se pueden detectar y prevenir alteraciones que pueden desencadenar un episodio de muerte súbita”, afirma la doctora María Valeria El Haj, directora médica de Vittal.
Para ello se debe incluir un interrogatorio preciso, seguido de un completo examen físico para poder desarrollar una historia clínica, incluyendo antecedentes familiares y medicación que se tome habitualmente.
Los datos referentes a contextura, peso y estatura, presión arterial, pulso y visión son puntos clave que no pueden faltar en ninguna historia clínica. Asimismo se debe hacer una semiología completa del corazón, pulmones, abdomen, orejas, nariz y garganta y revisar articulaciones, fuerza, flexibilidad y postura, considerando la dieta diaria y si el paciente consume algún tipo de drogas o alcohol o bien suplementos como vitaminas o minerales
Fuente: El Cronista