En sintonía con todas las muestras de apoyo y solidaridad que emergen en nuestra localidad, el Club Defensores es otro punto que abrió sus puertas para cobijar a los más damnificados por las inundaciones.
A diario, la sede de la avenida Cabral, ofrece viandas, comida caliente y meriendas para la comunidad.
Además, con donaciones de todos lados, el gimnasio se convirtió en un punto de encuentro con ropa y elementos esenciales para aquellos que lo perdieron todo.
«Las primeras imágenes son del trabajo que se está realizando estos días para poder colaborar con nuestra comunidad y aportar nuestro granito de arena a toda persona que necesite de una mano. Las siguientes son del estado en el que encontramos nuestro club las primeras horas que pudimos ingresar. GRACIAS a todas las personas que se acercaron a colaborar con nosotros, gracias por su granito de arena y por su tiempo», detallaron en sus redes.