El control remoto del tele no cambia de canal, ¡mueve la pared del living! Y entonces, entre sorprendidos e incrédulos, los visitantes pasamos a otro ambiente del hogar.No se trataba de la guarida secreta de algún superhéroe sino de la Casa de la Energía que YPF montó en la Exposición Rural de Palermo y que un grupo de personas nos disponíamos a conocer.
Recorrer el lugar es toda una experiencia: no sólo se comprueba la importancia que la energía tiene en todos los aspectos de nuestra vida, sino que se aprenden muchísimas cosas de manera divertida.
La visita no ahorra sorpresas.
La Casa de la Energía de YPF permite hacer desde un viaje relámpago a 1737 km de Buenos Aires (con la posibilidad de descubrir el Parque Eólico Manantiales Behr, en la Cuenca del Golfo San Jorge, en Chubut), hasta usar una heladera como pasadizo para inmiscuirse en un laboratorio científico o tomar un ascensor que en cuestiones de segundo nos sumerge en la realidad de Vaca Muerta.
“A la energía del petróleo, con la que se producen tantas cosas que transforman nuestras vidas, hoy YPF suma más y nuevas energías: el gas, el sol y también el viento”, anunció una voz ceremoniosa.
Mientras empezaba a soplar una brisa fresca, gracias a la tecnología éramos testigos en primera fila de un amanecer a 360°. En las pantallas se veía cómo las aspas de los aerogeneradores del Parque Eólico Manantiales Behr giraban sin parar gracias al viento patagónico.
Se trata de 30 aerogeneradores (con una potencia de 100 MW, lo que equivale al consumo acumulado de 130.000 hogares en un año) que transforman el viento en electricidad.
El parque, uno de los más eficientes del mundo, permite seguir sumando energías limpias, cuestión clave en la transformación energética del país. De golpe, y con solo traspasar una puerta estábamos de regreso en la casa. La próxima parada fue en uno de los lugares neurálgicos de cualquier hogar: la cocina.
El aroma del café recién hecho; las tostadas con las que acompañamos los mates de la tarde; las hornallas sobre las que se preparan las comidas de cada día y las especiales, esas con las que nos gusta agasajar a nuestra familia y amigos; el lavavajillas; el lugar en el que dejamos cargando el celular. ¿Qué sería de nuestras vidas sin energía?
Casi al mismo tiempo que nos contaba que para recargar nuestra energía y la de todos los artefactos que usamos a diario necesitamos de la energía que proviene y se desarrolla a miles de kilómetros de donde estamos, el guía abría la heladera en busca de algún bocadillo.
“Este es mi lugar preferido para llenarme de energía”, dijo riendo. Pero de golpe se quedó helado. Lo que a todas luces parecía una “heladera normal” era otro de los pasadizos secretos de esta casa tan particular.
Lo cotidiano de la cocina contrastaba con lo que encontramos del otro lado: enfundado en un inmaculado guardapolvo blanco, un científico muy amable nos recibió en un laboratorio ultramoderno.
“Detrás de cada gran invento que transforma nuestras vidas hay siempre un equipo de investigación”, dijo a modo de bienvenida.
Entonces nos enteramos de que YPF es la empresa argentina líder en la generación de tecnología para la industria energética, y que tiene un brazo tecnológico que trabaja en sociedad con el Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).
El profesor nos contó que YPF tiene el centro de investigación aplicada más importante de la Argentina, ¡con más de 13.000 m2 y 47 laboratorios! Y que junto con los mejores centros de investigación dan vida a soluciones tecnológicas de clase mundial.
Nos habló de “Y-AQUA”, un filtro nanotecnológico que elimina el 100% de las bacterias del agua utilizada para la producción de petróleo, y de “Y-TERRA”, el primer fungicida 100% biológico para el cultivo de la soja. Pero después de ese recreo era hora de volver a la casa. ¡Aparecimos en el garage! Nada raro puede ocurrir en un garage, pensamos. Nos volvimos a equivocar.
Mientras elogiaba sus bondades para evitar que pasemos frío en el invierno, el guía se apoyó sobre un termotanque. No entendimos bien qué ocurría, pero sí que otra puerta secreta acababa de ser habilitada.
En cuestión de segundos nos encontramos dentro de un ascensor, escuchando las indicaciones de seguridad porque descenderíamos ¡a más de 3000 metros de profundidad!Eso sí que era un viaje al corazón de la Tierra o, para ser más precisos, a Vaca Muerta. ¿Sabían que Vaca Muerta es es una formación rocosa de más de 30.000 km2 que se extiende por 4 provincias (Neuquén, Rio Negro, La Pampa y Mendoza)?
Nos explicaron que los hidrocarburos se ubican a 3000 metros de profundidad y que es allí donde encontramos la segunda reserva de gas más grande del mundo y la cuarta de shale oil. Lo que se dice un verdadero tesoro energético.
Gracias a que YPF es líder en el proceso de producción de esos recursos ya empezamos a percibir sus beneficios. Toda la movida está cambiando el paradigma de la economía argentina y por eso pasaremos de importar a exportar.
El ascensor empezó a subir y en el camino fuimos viendo varias cosas más, como el enorme impulso que la energía le da al agro, al transporte, a los puertos y cómo permite la construcción de caminos que conectan a la gente de cada rincón del país.
“¿Sabías que detrás de todo eso está la energía de YPF transformando nuestras vidas?”, se escuchó a modo de despedida.Creo que a los protagonistas del tour no nos quedó margen de duda.
Fuente: La Nación