Desmantelada hace más de 25 años, la Usina Inglesa -ese magnífico edificio inaugurado allá por 1908-, sigue estando ahí, escondida entre los árboles, bajo el puente La Niña. Ahora que el Consorcio de Gestión del Puerto planea su puesta valor, volvimos a visitarla para inventariar lo que queda de sus instalaciones. Y, por eso, volvimos también a preguntarle a Raúl Foresi sobre Mecánica White, el taller que, a partir de 1934, funcionó adentro de la usina, abocado al mantenimiento de los guinches, las dragas y los remolcadores que el Ferrocarril Sud manejaba en este puerto.
Foresi fue el último jefe de un taller que supo repartir sus tareas entre la tierra y el mar. Lo que sus manos sostienen en esta foto es una lámpara de carburo, uno de los tantos objetos que se fabricaban allí. Tras la nacionalización que separó la administración de ferrocarriles y puertos, Mecánica White -o como se lo conocía también, Mecánica Muelle-, cumplió un rol fundamental en la provisión de repuestos para las locomotoras diesel eléctricas que llegaron a nuestra zona, en el equipamiento de los talleres Spurr, construidos a comienzos de la década del ’60, y en la reparación de chatas automovileras, cajas de recaudación, gatos hidraúlicos y tantas otras cosas.
Sobre todas estas tareas, y sobre quienes dedicaron su vida a ocuparse de ellas, nos va a contar Raúl, el próximo domingo.