La campaña para evaluar la situación biológica del langostino en aguas del Golfo San Jorge y el litoral chubutense finalizó el pasado 23 de marzo con un saldo favorable en función de las expectativas de trabajo.
“Pudimos cumplir todos los objetivos propuestos para la campaña”, destacó Juan de la Garza, jefe científico del proyecto que esta vez contó con el “Bogavante Segundo”, un buque comercial de Iberconsa, como plataforma.
El especialista e integrante del Programa de Pesquerías de Crustáceos Bento-Demersales en el Inidep también subrayó el esfuerzo de los tripulantes: “Colaboraron en todo momento y nos ayudaron a llevar a cabo todos los trabajos previstos”, dijo.
El objetivo principal fue verificar la presencia de concentraciones accesible y vulnerable a la red tangonera comercial en las áreas comprendidas entre la latitud 43° 00’ S y 45° 00’S, al oeste de 64° 00’W; y entre la latitud 45° 00’ S y 47° 10’S, al oeste de 65° 00’W.
Aporte del sector privado
El aporte del sector privado permitió que pese a la parálisis que afecta a los buques del instituto se pudiera cumplir con el relevamiento del recurso.
La campaña, vale recordarlo, fue solventada económicamente por Solimeno, Moscuzza, Valastro, Arbumasa, Argenova, Food Arts, Pespasa, Pesquera Deseado, Pesquera Santa Cruz, Pesqueria del Atlántico, Vieira Argentina, San Isidro, Iberconsa, Congeladores Patagónicos, Conarpesa, Empesur, Pescapuerta, Cabo Vírgenes, y Pescargen.
En total, fueron quince días de trabajo en los que intervinieron ocho investigadores y representantes provinciales.
“Los investigadores ya están trabajando en la elaboración del informe de la campaña de relevamiento de langostino, que luego será elevado al Consejo Federal Pesquero”, apuntaron desde el Inidep mediante un comunicado de prensa.
Está claro que los resultados obtenidos no serán comparables con la información histórica que recolectó el “Oca Balda”; aunque los actores de la industria confían en poder obtener un resultado que se aproxime y permita proyectar la pesquería.