Que tenemos que protegernos del sol no es ninguna novedad. Sabemos que debemos evitar exponernos entre las 10 y las 16; que debemos aplicar el protector en toda la piel 20 minutos antes de la exposición y renovarlo cada 2 horas o al salir del agua; sabemos también que los protectores solares deben bloquear tanto la radiación UVA como la UVB y que tenemos que usar una cantidad generosa sin olvidar zonas como labios, empeines, orejas, nuca, escote, zona lumbar, clavículas y hombros. Lo que no sabemos bien es para qué sirve cada tipo de protector. Cada año surge una nueva variable en lo que a pantallas solares respecta. Están los que son en crema, pero también hay leches; los de “toque seco”, los que tienen color, los invisibles, en aerosol o spray; también los hay en forma de barras o polvo compacto. Hay un tipo de protección para cada tipo de piel, para cada zona del cuerpo y para cada acción. ¿Los estamos usando correctamente?
EL ABC DEL FPS. Empecemos por el principio: las pantallas o protectores solares son productos que filtran o reflejan las radiaciones ultravioletas A y B impidiendo que la piel se dañe. Todos los protectores tienen una graduación llamada SPF (sun protection factor) o FPS (factor de protección solar) que mide su índice de protección.
Según la doctora en química y directora de Lidherma, Patricia Dermer, existen dos grandes tipos de moléculas que actúan comoprotectores solares: “Unas absorben y reflejan la radiación ultravioleta y la luz visible y evitan que la radiación penetre en la piel, mientras que otras son moléculas sintéticas que absorben la energía de los fotones emitidos por la luz solar e impiden directamente que estos lleguen a la piel. Ambos tipos de sustancias se combinan para producir un efecto protector que se mide por el SPF y que necesariamente debe actuar sobre la radiación UVB y UVA”.
La especialista asegura que se considera a un protectorefectivo a partir de SPF 15. “Un buen protector solar debe contener componentes no comedogénicos (productores de puntos negros), no producir alergias, ni irritaciones”, agrega Dermer y asevera que para que la protección solar sea real, debe ser aplicada media hora antes de la exposición, en forma abundante y renovada cada dos horas o luego de cada inmersión en el agua.
PROTECCIÓN TOTAL. Hay tantas variantes de protección como tipos de piel, pero para no marearnos primero tenemos que marcar la diferencia entre la protección solar para adultos y para chicos. En realidad no es que haya tanta diferencia en el tipo de piel, pero el Dr. Matías Maskin, dermatólogo asesor de La Roche-Posay, asegura que tienen mejor protección para el agua –ya que los chicos pasan mucho más tiempo sumergidos que los grandes–, son más oleosos y no tienen componentes alérgenos.
Dermer agrega que en los protectores aptos para chicos el FPS es mayor a 30 y recomienda usar protector en barra en la zona de la cara, cerca de los ojos, para evitar que el producto provoque irritación con la transpiración. Para Dermer es importante usar un protector específico para la cara y así prevenir el envejecimiento: “En la cara se recomienda un índice mayor de protección porque el fotoenvejecimiento en esta zona es más notorio que en el resto del cuerpo. Además, algunas prefieren usar un protector con color ya que sustituye al maquillaje”.
Es importante que las que tienen piel grasa elijan un FPS de “toque seco”, ¡lo digo por experiencia! Para proteger la piel del cuerpo también hay muchas variantes y puntos por aclarar. Se suele creer que los protectores en crema más sólidos duran más, pero esto no es cierto. “Lo que sucede es que habitualmente, cuando los protectores son muy líquidos, la gente no coloca cantidad suficiente y, por lo tanto, protegen menos. Empleando la cantidad correcta, todos cubren igual”, asegura Maskin.
A la hora de marcar diferencias entre la oferta del mercado, tanto el dermatólogo como la doctora en química afirman que la leche y la bruma se distribuyen mejor ¡y se notan menos! Y recomiendan tener cuidado con los protectores “invisibles” ya que en general la gente los usa mal y quedan zonas sin cubrir; por lo tanto, hay que estar seguros de esparcirlos bien y no olvidarse de empeines, orejas y nuca. Y aconsejan no emplearlos en los chicos.
Los protectores en aceite se distribuyen estupendamente y dejan un aspecto maravilloso en la piel, pero no son aptos para pieles grasas. Más cremoso o menos, que dé mejor o peor resultado estético, lo importante es que el FPS sea el adecuado para cada tipo de piel, ¡pero más importante aún es usarlo correctamente!
4 CONSEJOS A LA HORA DE COMPRAR UN PROTECTOR
Por Patricia Dermer, doctora en química y directora de Lidhermax
x ¡Observá las etiquetas! Por ejemplo, como regla, todos deberían tener un factor de protección solar (FPS) mayor a 15. Además, en el envase se debe especificar sobre qué tipo de rayos protege el producto. En general, todos filtran los rayos UVB, pero también es necesario que filtren los UVA x Si vas a permanecer sumergido untiempo prolongado o transpirás mucho, debés elegir “water resistant” x Asegurate de que el protector elegido no contenga ácido paraminobenzoico, un filtro químico que solía usarse para frenar la acción de los rayos UVB, que puede sensibilizar la piel y provocar alergias x Nunca está de más hacer una visita al dermatólogo y averiguar qué tipo de protección necesita cada uno según su tipo de piel y qué cantidad de tiempo se puede exponer al sol sin que resulte peligroso.
Fuente: Infobae