La construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner -que conectará Vaca Muerta con Salliqueló en 2023- permitirá al país alcanzar el autoabastecimiento energético, mejorar la competitividad de distintos sectores productivos y generar a la vez saldos exportables, variables que tendrán un impacto directo y positivo en la macroeconomía del país.
Puntualmente, cuando la iniciativa esté consumada se incrementará la capacidad de transporte en 24 millones de metros cúbicos (m3) de gas diarios.
Los hechos toman mayor trascendencia en una coyuntura en la que Argentina es importador de energía en un contexto internacional en el que los precios se incrementaron fuertemente como consecuencia del reacomodamiento de la salida de la pandemia desde mediados del año pasado y de la guerra entre Ucrania y Rusia, segundo productor de petróleo y gas a nivel global y principal exportador.
Las perspectiva de la industria de hidrocarburos es que la Argentina tiene la capacidad de lograr en el mediano plazo revertir su posición de importador de energía en un exportador de gas natural, primero a la región como el caso de Chile y el proyecto de alcanzar los grandes polos industriales de Brasil con el recurso de Vaca Muerta, y luego ser un proveedor global de Gas Natural Licuado (GNL).
El presidente Alberto Fernández encabezó este miércoles en Salliqueló la firma de contratos para la construcción del gasoducto, que en esta primera etapa unirá las localidades de Tratayén, en Neuquén, con la mencionada localidad bonaerense.
“Tenemos una gran oportunidad como país; podemos convertirnos en proveedores de gas en todo el mundo”, dijo el Presidente en el acto, acompañado por el ministro de Economía, Sergio Massa; los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Omar Gutiérrez (Neuquén), el vicegobernador de Río Negro, Alejandro Palmieri y los funcionarios del área de Energía.
De cumplirse los plazos estipulados, contar con el gasoducto activo antes del invierno del 2023 le permitirá a Argentina alcanzar el autoabastecimiento energético, lo que implicaría un ahorro calculado en más de 2.200 millones de dólares al año en importaciones de combustibles y subsidios.
Además, la tubería posibilitará, una vez alcanzada la autosuficiencia, exportar gas al mundo permitiendo la adquisición de divisas, el mejoramiento de la balanza comercial y el robustecimiento de las reservas del Banco Central (BCRA).