El momento de dormir es uno de los más esperados del día, ya que el sueño afecta tanto la salud física como la mental y es fundamental para nuestro bienestar. Además, durante este tiempo no solamente la mente y el cuerpo se apagan, sino que los órganos y los procesos internos trabajan arduamente, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos. Es por eso que este organismo recomienda dormir unas ocho diarias.
Sin embargo, en ciertas ocasiones, algunos por mirar el celular, una serie o una película, no respetan estos tiempos. Una acción que puede convertirse en un mal hábito con consecuencias para el organismo.
Cinco claves: por qué es importante dormir ocho horas
1. Evita la obesidad
La falta de sueño provoca que el estómago libere más grelina (hormona del apetito) lo que produce ganas de comer a cada rato. Es que “los trastornos del sueño también afectan como factor de riesgo, provocando desequilibrio en el Sistema Circadiano y aumentando la ingesta de alimentos durante la noche, provocando desbalances internos del organismo y su metabolismo”, según con una investigación publicada por Macarena Jorquera Sánchez, estudiante de Nutrición de la Universidad de Desarrollo, en la Revista Confluencia de la Facultad de Medicina Clínica Alemana de dicha casa de altos estudios en Chile.
2. Reduce los niveles de estrés
Según la Biblioteca de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos(NIH, por sus siglas en inglés), “dormir le da al cuerpo y al cerebro tiempo para recuperarse del estrés del día. Después de una buena noche de sueño, usted se desempeña mejor y es mejor para tomar decisiones. Dormir lo ayuda a sentirse más alerta, optimista y a tener una mejor relación con las personas”.
“A mayor estrés, peor calidad del sueño y, a su vez, que los trastornos del sueño producen estrés. Entonces este es un círculo que se puede retroalimentar y que durante el día se puede acompañar de síntomas tanto psíquicos como físicos”, indicó Rolando Salinas, jefe de Salud Mental del Hospital Alemán, profesor de Psicología de la Salud en Universidad Católica Argentina.
3. Evita enfermedades cardiacas
Diversos estudios han sugerido la posibilidad que las horas de sueño pueden tener una influencia directa sobre la salud cardiovascular de las personas. Un metaanálisis realizado por un grupo de investigadores italianos y publicado en European Heart Journal, indicó que “la duración corta del sueño se asoció con mayor riesgo de desarrollar enfermedad coronaria e ictus”, siendo que “el sueño prolongado también fue un factor de riesgo (RR 1,38).
4. Mejora la memoria
Cuando estamos despiertos consumimos información imposible de cuantificar a través de todos nuestros sentidos, con lo cual el cerebro se llena de “experiencias, imágenes, conversaciones, sonidos, olores y emociones que constituyen una larga lista de datos y contenidos que se van procesando en nuestro cerebro”, afirman desde el Instituto del Sueño, en Madrid (España).
“Para que todos estos datos se conviertan en recuerdos que permanezcan en el tiempo, las neuronas deben crear nuevas proteínas y es así como se guardan las memorias”, afirmaron. Al tiempo que señalaron que “un estudio del profesor de psicología Nicolas Dumay, de la Universidad de Exeter en el Reino Unido, demostró que la memoria declarativa responsable de almacenar o fijar información y conceptos con sus respectivos significados se refuerza durante el sueño”, siendo que “después de dormir somos capaces de recordar conceptos que no nos venían a la mente mientras estábamos despiertos o justo después de aprenderlos, pero que ya estaban almacenados en la memoria”
5. Despertamos más felices
Un estudio realizado en 52 países que fue publicado en Frontiers analizó al sueño como factor esencial en el bienestar no solo individual, sino también social. “Los resultados mostraron una intercorrelación relativamente fuerte entre el promedio nacional de duración del sueño y la felicidad nacional, es decir, el bienestar subjetivo”, afirma el documento.
¿Cómo solucionar el problema del sueño deficiente?
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos brindó una serie buenos hábitos para solucionar el problema del sueño deficiente.
– Evita el uso de aparatos eléctricos, como el celular, antes de acostarse. “Se debe reducir o evitar la exposición a las pantallas: la afectación es mayor por la noche, ya que el organismo está diseñado para que cuando haya poca presencia de luz se prepare para dormir, y las pantallas interfieren en ello”, afirmó a Infobae Pablo López (MN 36163), psicólogo y coordinador del programa de tratamiento del insomnio de Fundación INECO.
– Acuéstate a la misma hora todas las noches, trata de dormir la misma cantidad de horas y evita comer, hablar por teléfono o leer en la cama.
– Asegúrate de que tu habitación esté oscura. Si hay luces de la calle cerca de la ventana, instala cortinas que bloqueen la luz y mantén tu habitación en silencio.
– Trata de pasar un poco de tiempo al aire libre durante el día, y mejor en las horas tempranas de la mañana.
– Programa la actividad física para el comienzo del día y no justo antes de acostarte.
– No consumas bebidas que contengan cafeína (como café, té o gaseosas) al final del día. Si tomas alcohol, hazlo con moderación, ya que puede impedir el sueño y no comas mucho cerca de la hora de ir a la cama.
– Si tienes problemas para dormir por la noche, limita las siestas durante el día a 20 minutos o menos.
– Si fumas, haz un plan para dejar de hacerlo. La nicotina en los cigarrillos puede hacer que te resulte más difícil dormir.
De todos modos, la consulta con un experto es esencial. Es por eso que ante la dificultad para dormir o para mantenerte dormido, la sensación de cansancio después de una buena noche de sueño, la somnolencia durante el día que dificulta las actividades cotidianas, los ronquidos fuertes y frecuentes, la sensación de hormigueo o adormecimiento en las piernas por la noche, y sensación de dificultad para moverte cuando te despiertas, la visita a un profesional de la salud puede ser la respuesta.
Fuente: Infobae