“Acá en Mendoza vamos a tratar de imponer la dieta de la fruta para darles salida a todos los cajones que no podemos vender”. Sin perder el humor, un productor vitivinícola resumía el sentir de las empresas en las economías regionales. Los bodegueros de Mendoza suman sus quejas a las protestas de productores de fruta del Alto Valle de Río Negro, que ganaron las calles y hace tres días mantienen bloqueos y cortes de ruta que ponen de manifiesto el costado más agrio de la política oficial del dólar planchado que contiene la inflación y favorece el consumo de bienes durables y turismo.
Ayer era el tercer día de protesta de parte de los productores. El puente carretero que une Cipolletti con Neuquén estuvo cortado y se sumó a los bloqueos en Tres Puentes, Río Colorado, Pomona, Cinco Saltos y Roca, una situación que deriva además en las quejas de los co merciantes por la parálisis de la actividad. Los productores reclaman medidas de fondo más allá de créditos a tasas subsidiadas.
“No se está perdiendo solamente volumen. Se está perdiendo mercado, y el mercado que se pierde es difícil de recuperar”, señaló la semana pasada Daniel Funes de Rioja, abogado que preside la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal). Según datos de esa entidad, en el primer trimestre las exportaciones de manzana cayeron 50% y las de pera, el 20%. Las de vino en botella apenas repuntaron 1,5%. En promedio las exportaciones de alimentos cayeron 10%. En el primer trimestre, las economías regionales perdieron, en conjunto, el 4,6% de su producción.
La causa central que señalan los productores detrás del año negro que están atravesando es la “pérdida de competitividad”, es decir, sus productos de exportación se vuelven más caros que los de la competencia y así venden menos.
Los productores enfatizan que los costos locales, desde la mano de obra hasta la logística, aumentan más que lo que lo hace el tipo de cambio. El peso se apreció 8% frente a devaluaciones de otros países que exportan, como es el caso de Rusia, que es un destino clave para las frutas.
El Gobierno eligió este año el precio de dólar como “ancla” para evitar que suban los precios. Ello favorece temporalmente el poder adquisitivo del salario, en especial en consumo de bienes durables (con componentes importados) y de turismo, que resultan artificialmente baratos. De esta manera, se evitan remarcaciones de precios, y todo confluye a un mejor ánimo de los consumidores y asalariados. Pero la contracara resulta la situación de los exportadores, que como es el caso de los productores de fruta, denuncian que pierden mercados, ya que sus competidores devalúan. El Gobierno les ha ofrecido créditos a tasas subsidiadas. Ellos dicen que no basta y las protestas podrían continuar.
Fuente: perfil.com