Aunque puede ser divertido y hasta a veces chocante comparar los alimentos poco saludables con su “costo en ejercicio”… ¿Realmente fomenta un comportamiento más sano?
Cuando los clientes entran en la consulta de un entrenador personal, la pérdida de peso es una prioridad, tal y como explica Cassia Denton, directora de entrenamiento personal en Balance Gym, en Washington. La comparación de calorías de un lado y de otro puede funcionar, pero no cuando el equivalente a esas patatas fritas supone 14 horas de caminata rápida. Ella les dice que, al menos el 80 por ciento de la pérdida de peso, se basa en la nutrición y que el 20 por ciento es el entrenamiento. “Como dice el proverbio: los cuerpos se hacen en la cocina”.
El 20 por ciento, además, no debe ser solo cardio (algo que se suele enfatizar cuando se trata de realizar ejercicios equivalentes) sino también que deben haber actividades de fuerza. Cuanta más masa muscular se tenga, más alto será el nivel de metabolismo, de acuerdo a las palabras de Denton. En otras palabras, una persona de 68 kilos con un nivel de grasa alto quemará menos que una persona de 68 kilos (150 libras) con una mayor proporción de masa corporal magra (músculo).
“La contribución del ejercicio a la pérdida de peso es mínima”, señala Scott Kahan, un médico de Washington especializado en el control de la obesidad y director del Centro Nacional del Peso y del Bienestar. En ese sentido, agrega que todavía ve el valor de los equivalentes de ejercicio como una manera de poner los alimentos en perspectiva.
“Cualquier acceso a los datos sobre la carga calórica de lo que se va a comer en restaurantes y en otros lugares es de valor. El equivalente en ejercicio puede ayudar a contextualizar”, manifiesta Kahan.
Denton lamenta que muchas personas no se dan cuenta de lo difícil que es quemar calorías y no lo fácil que es consumirlas. “La gente tiende a sobrestimar la energía que gastan cuando hacen ejercicio y subestiman las calorías que consumen”, agrega. La descomposición de números reales puede proporcionar una comprobación de la realidad.
De acuerdo al convertidor de calorías de AthleteInMe.com, una comida en In-N-Out de 1,180 calorías es igual a caminar durante 208 minutos, 132 minutos de spinning, 116 minutos de natación o 83 minutos de correr.
“Cuando tú lo presentas de esa manera, sabes que concientizas a la gente. Y sabemos que si quieres cambiar el comportamiento humano, tienes que crear una respuesta emocional”, apunta Stan Reents, autor, entrenador de salud y director ejecutivo de AthleteInMe.com.
Pero Claire Mysko, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación, afirma que trazar equivalentes de la comida en el ejercicio es algo muy arriesgado, especialmente para aquellos que son vulnerables a los trastornos alimentarios.
“En lugar de mirar a los alimentos como buenos o malos y al ejercicio como un mecanismo para quemar calorías, tratamos de alentar a la gente a pensar en la actividad física como algo que te hace sentir bien y la comida como algo que te da energía”, señala en ese sentido.
Mysko apunta a la importancia de comer y hacer ejercicio y no hacer hincapié sobre los números que potencialmente invitan a la vergüenza y al castigo. “Entrar en el juego de los números puede llegar a ser algo muy insano”, subraya. Los alimentos, además de dar energía, también ofrecen la cantidad adecuada de vitaminas, minerales, proteínas, grasas y otros nutrientes esenciales para una buena salud.
Por otro lado, el ejercicio es mucho más que combatir las calorías consumidas.
Según Kahan, “hay tantos beneficios en el ejercicio, incluyendo la mente, el estado de ánimo, las articulaciones, sentirse bien o dormir mejor”.
Denton comenta que aunque la mayoría de los clientes “quieren verse bien desnudos” en un primer momento, después de un tiempo de trabajo esa no acaba siendo su prioridad.
“La gente se siente más capaz de hacer cosas en su día a día. Se sienten más fuertes cargando las bolsas de la compra, jugando con los nietos, caminando con amigos… El ejercicio te hace más feliz, estar más enfocado y ser una persona más amable”.
¿Todo eso significa que nunca debemos utilizar esa tabla de equivalencias?
No, ese no es el mensaje. Pero Kahan dice que los equivalentes del ejercicio podrían ayudarnos a eliminar las opciones más pobres de los alimentos.
Denton admite que, normalmente, come de forma muy saludable pero que también disfruta mucho más de las reuniones sociales porque la comunidad es otra piedra angular de la salud. Y sí, a veces eso significa disfrutar de una buena margarita con amigos.
Fuente: Infobae