La reaparición de un tipo de cambio preferencial para las exportaciones del campo podría terminar sumando un grado de presión alcista al dólar blue, CCL y MEP.
Además de anunciar ayuda a productores y anticipar un decreto que apunta a maniobras irregulares en el marco de las exportaciones, el titular del Palacio de Hacienda informó la puesta en marcha de un nuevo “dólar soja”.
“Este nuevo dólar busca anticipar liquidaciones del agro ante la escasez y drenaje de reservas que sufre el Banco Central, algo similar a lo implementado en 2022. El problema aquí es que la situación es diametralmente opuesta a la del año pasado”, explicó Matías De Luca, economista de la consultora LCG.
El futuro del dólar blue, CCL y MEP
Para el analista financiero Franco Tealdi, la liquidación de dólares por el nuevo tipo de cambio preferencial en Argentina no redundará en ningún tipo de alivio significativo para la presión alcista que vienen exhibiendo el dólar blue, el MEP y el CCL.
“El desequilibrio del mercado cambiario tiene vida propia. Esta medida no ataca de fondo ningún problema, sino que los agrava”, indicó Tealdi, al señalar que “si bien tenés un remanente de dólares que se podrían liquidar de entre US$2.000-3.000 millones, el agujero que tenés este año en relación al 2022 es de US$20.000 millones, que es una merma enorme en la oferta de divisas”.
Y agregó: “Tenés una demanda cada vez más alta dada por una emisión monetaria descontrolada para el déficit fiscal y cuásifical y ahora le vas a sumar un nuevo factor de impresión de dinero, porque esos dólares a $300 los tenés que pagar con emisión monetaria. Generás un desequilibrio monetario que podés calcular en $500.000 millones: estos parches no sirven para nada”.
“Las cotizaciones paralelas no han reaccionado o lo han hecho neutral ante los anuncios del Ministerio de economía, mientras que el blue ha bajado escasamente”, subrayó por su parte el economista y consultor Federico Glustein.
En ese sentido, estimó: “el efecto más fuerte va a ocurrir cuando el agro comience a liquidar los granos guardados, lo que derramará oferta de divisas en el mercado, pero claramente habrá una presión de demanda sobre los financieros, tanto MEP como CCL así como en cuanto al resto de los anuncios impactará en el blue”.
“Esa reacción no la veo con una escalada, sino más bien progresiva, dado que si la batería de medidas anunciadas para las economías regionales permite ingresar los ansiados US$6.000 millones, la demanda de importadores y del sector externo irá por el oficial, mientras que los libres tendrán mayor nivel de operaciones y dinámica, pero con una diaria que no motive efectos de mercado”, pronosticó.
“Potencialmente, las liquidaciones se darán al principio de la medida porque la cotización fija se dará por 90 días a $300 fijo, lo que actualizado por inflación dejaría de ser atractivo hacia el final de la vigencia. Asimismo, probablemente surja a la par que haya mayor movimiento de dólar financiero para evitar suspensión de CUIT. Ello dentro de la letra chica del decreto, es decir, haría subir la demanda de los financieros y por lo tanto, su cotización”, calculó.
Parches temporales
De Luca, de la consultora LCG, argumentó que “en 2022 se implementaba el ‘dólar soja’ para estimular a los exportadores a liquidar y no retener cosecha. En cambio, en 2023 el problema no es que se retiene cosecha, sino que no hay, producto de la sequía”.
“La caída estimada de valor exportable por este motivo asciende a US$15.000 millones”, manifestó De Luca a Bloomberg Línea. “Entonces, esta medida lo que generará es incentivar a la pronta liquidación, pero de un stock que de por sí es más chico. Nuevamente, los problemas de raíz tratan de resolverse con parches temporales”, advirtió.
Por otro lado, señaló que “pasada esta venta temporal en la que estará vigente el tipo de cambio diferencial, difícilmente alguien liquide dólares nuevamente al oficial”. “En este sentido, continúa marcando un mal precedente y cada vez estas ‘excepciones’ se vuelven más prolongadas”, analizó.
¿Una devaluación generalizada?
De Luca estimó que este tipo de medidas son “los pasos previos a una devaluación generalizada del tipo de cambio de referencia”. “Lo que estamos presenciando es el paso a paso”, aseguró.
“Desde el punto de vista del BCRA, hay un deterioro en su hoja de balance”, afirmó el economista en declaraciones a este medio.
Más tipos de cambio, más distorsiones
“Si bien el nuevo dólar para el agro ya no es solamente para al soja, el impacto es muy similar a las anteriores ediciones”, opinó el economista Andrés Salinas.
“Por un lado, ese diferencial de cotización que le están otorgando se traduce en más emisión monetaria y, en consecuencia, más inflación, lo cual termina siendo contraproducente para el discurso oficial que apunta a bajarla”, alertó.
“La medida se contrarresta, en parte, ya que también tiene como objetivo aumentar los ingresos del Estado sin recurrir a la asistencia del BCRA debido a que se recauda más por retenciones a dichas exportaciones al aplicar sobre un tipo de cambio mayor”, aclaró.
“Así, el Estado recauda más y no sigue tensando la meta de asistencia propuesta. El efecto en las reservas internacionales, obviamente, es positivo, pero es un adelanto no un extra. Es decir, entran dólares hoy que no van a entrar mañana”, expresó.
“Esta medida, junto con la que se llevó a cabo la semana pasada donde se quitaba el certificado de exclusión impositiva a los importadores y se extendía la devolución del crédito fiscal nueve meses, son claras señales de que estamos en medio de un plan que busca que no explote nada antes de las elecciones”, puntualizó.
“El problema de fondo, con esta nueva medida, es que continuamos generando nuevos tipos de cambios, continuamos distorsionando los precios y postergando arreglos de fondo”, cuestionó Salinas.
Fuente: Bloomberg.com