A casi un semestre de estadía en el cargo, el Delegado Municipal de Ingeniero White Gustavo Avellaneda renovó el contacto con nuestra emisión radial de los sábados al mediodía respondiendo distintas inquietudes de los vecinos sobre el estado y el mantenimiento general de la localidad.
“Por la buena coordinación que tengo con los empleados pudimos seguir trabajando y tomar las decisiones necesarias. Yo estuve 14 días al resguardo por el COVID y lo viví como una gripe fuerte. Por suerte, no pasó a mayores. Fue una sensación complicada, pero ya estamos en carrera. Perdí un poco el olfato y no mucho más. En este tiempo, las cuestiones no varían. La limpieza y la basura siguen estando. A eso hay que sumarle algunos inconvenientes con la tosca que trajimos, y ahora, esperamos intervenir cuanto antes algunas calles de White que lo necesitan para estar en condiciones. Estoy más que conforme con lo que estamos haciendo”, señaló.
“Reconozco que algunas intervenciones terminan siendo parches por la falta de recursos. Lo real requiere de un presupuesto que hoy no está. Por lo pronto, estamos recibiendo tosca de muy buena calidad para las urgencias en el Saladero, Boulevard y el casco de White. El Saladero requiere intervención permanente en estos temas. Vuela la tierra y cuando llueve se inunda todo”, agregó sobre el estado de las calles.
–¿Qué novedades hay en torno al tema de las casas fisuradas?
–Pudimos avanzar con el derrumbe de las casas fisuradas de Knout y ahora vamos a sumar otras dos. Tenemos un listado de terrenos por intervenir y le estamos dando prioridad según la urgencia que requiera cada derrumbe. De a poquito vamos a tratar de juntar entre 10 y 15 casas en el transcurso del año.
“Con respecto al inmueble de San Martín y Guillermo Torres, esta semana ya está en camino el proceso licitatorio para las empresas que quieran participar en la demolición. A diferencia de las casas de Knout que las hicimos con los empleados de la Delegación, en este caso hay una demanda generalizada y lógica porque hay peligro de derrumbe y es necesario contratar una empresa especializada en esa tarea”, aclaró.
El problema de la basura
“Hago una recorrida semanal con el capataz y dejamos tres notificaciones a personas que dejan basura tirada. Y si no lo hacen, vamos a sancionarlos. No queremos llegar a eso, pero corresponde que los vecinos hagan las cosas bien. Yo sueño con un White con un perfil turístico y para eso tenemos que mejorar muchísimo con el tema de la basura. No se puede tirar la basura domiciliaria en la esquina. Es vivir en la mugre y hay cosas que lamentablemente están naturalizadas”.
“Hay un proyecto armado de campañas de recolección de residuos. Teníamos previsto hacer la primera el 24 de abril y tuvimos que suspenderla por el cambio de fase. Empezamos el camino de la concientización y sumamos el interés de la UTN para ayudarnos en todo esto”, agregó sobre el trabajo conjunto con la Sociedad de Fomento.
El funcionamiento de la Delegación
“Estoy 3 días en White y los martes y jueves voy a Villa Rosas. Como no hay ningún problema de agenda, sigo trabajando así. Espero seguir de esta manera porque la demanda no me ha sobrepasado. Tenemos las limitaciones lógicas de la pandemia y nos encontramos con esas problemáticas. Particularmente estoy en contacto con todas las instituciones y le pongo el cuerpo de forma cotidiana al mantenimiento de la localidad. En Villa Rosas los vecinos arman encuentros grupales y, en cambio, en White la demanda es más puntual. En White recibo entre 4 ó 5 vecinos por día en la Delegación y en Villa Rosas ninguno. Basura, luminarias y calles es lo básico y el laburo diario de todos los días”.