Sin embargo, advirtieron que el objetivo de que las energías renovables contribuyan con el 8% a la matriz energética (primero fijado para fines de 2017 y luego postergado para 2018) tampoco se alcanzará el año que viene, sino recién a fines de 2019 o mediados de 2020. Con todo, lo que preocupa ahora al sector es la capacidad de transmisión de las redes, que se convertirá en la limitante para las próximas licitaciones de generación de energía eléctrica.
Tal como adelantó El Cronista la semana pasada, Marcelo Álvarez, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader), comentó que se espera “precios a la baja” cuando se abran los sobres económicos, el mes que viene. “Hay más jugadores y competencia, por lo que se estima que se verán precios por debajo de u$s 50 por MWh. La lógica indica que estarán entre u$s 45 y u$s 50/MWh”, afirmó.
Frente al enorme atractivo que convocó el programa RenovAr en las rondas 1, 1.5 y 2, Álvarez consideró: “Va a haber perdedores que tendrán que esperar a las siguientes licitaciones, ya sea porque ofrecieron precios altos o por la capacidad de transporte. Si es por precios podrán mejorar, pero hay algunos nodos saturados y se va a tardar muchos años en ampliar la capacidad”. En ese sentido, avisó que “desde la ronda 3 (que según el ministro de Energía, Juan José Aranguren, se abrirá el año que viene), la transmisión eléctrica va a convertirse en un obstáculo limitante y las ofertas van a tener que ser descentralizadas, con parques menores y más cercanos a los centros de consumo”.
Juan Bosch, presidente de SAESA, dijo: “El mundo entero mira a Argentina como uno de los grandes destinos para invertir en energías renovables; están interesados los grandes jugadores. Va a haber una competencia muy fuerte porque los contratos son apetecibles y se están dando muestras de que el país es más creíble”. Además, agregó que “los precios van a bajar si se demuestra que se cumplen los contratos”.
En cuanto a los puestos de trabajo que generarán estas licitaciones, Bosch afirmó que “se va a necesitar mucha mano de obra argentina en montaje y mantenimiento de molinos y paneles solares”.
Álvarez, por su parte, calculó unos 60.000 puestos de trabajo (directos e indirectos) en el monitoreo, construcción y tendido de cables para las redes de alta tensión y fabricación de componentes locales, pese a que la mayor parte de la integración será extranjera.
Fuente: El Cronista