Lejana y distante, la Antártida es uno de los grandes reguladores de la vida en el planeta, recordaron este miércoles autoridades del Instituto Antártico Argentino, en la víspera de la conmemoración de los 120 años de presencia ininterrumpida en ese continente, con una fuerte apuesta a la ciencia, la técnica y la cooperación, lo que define a la Argentina como país “bicontinental”.
El 22 de febrero de 1904 Argentina inauguró la base Observatorio Orcadas del Sur, luego llamada Orcadas, primera y por varias décadas única presencia permanente de la humanidad en la Antártida.
El impulso al conocimiento científico, la continuidad en el tiempo de las investigaciones y la evolución de las capacidades logísticas y operativas para sostener esas tareas consolidaron a la Antártida como una política de estado con más de un siglo de continuidad en la Argentina, destacaron especialistas.
En enero, el presidente Javier Milei viajó a la Antártida junto al director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), el diplomático argentino Rafael Grossi, para dar comienzo a un ambicioso proyecto de investigación que busca aprovechar las capacidades que ofrece Argentina para monitorear la presencia de microplásticos en los mares que rodean al Polo Sur del planeta.
Para la ciencia argentina este no es un campo nuevo porque desde hace unos años equipos de investigación ya venían trabajando sobre la presencia de microplásticos en la atmósfera del continente blanco y también encontraban estos desechos en el sistema digestivo de la fauna que monitorean.
Desde abril de 1951 las investigaciones científicas de Argentina en la Antártida son coordinadas por el Instituto Antártico Argentino (IAA) en articulación con universidades y centros de estudio de distintas provincias y del interior.
Walter Mac Cormack, director del Instituto Antártico Argentino, afirmó en diálogo con Télam que “en los últimos 120 años a ciencia en general ha cambiado de manera gigantesca, por lo cual la relacionada con la Antártida no es la excepción; cada vez más la ciencia de primer nivel exige disponer de laboratorios y equipamientos complejos en las bases, de manera que en muchos casos la actividad en el terreno ha pasado de la mera toma de muestras a analizar al regreso, a la posibilidad de realizar gran número de ensayos y estudios en el terreno”.
El funcionario sostuvo que hay dos motores que impulsan los intereses y prioridades científicas y que condicionan la actualización y las modificaciones que a través del tiempo se realizan sobre las actividades científicas antárticas.
“Por un lado, respaldar los intereses de nuestro país en la región, de manera que muchas de sus líneas de trabajo estudian problemáticas y obtienen resultados y datos que, más allá de su relevancia académica, aportan la base científica para sostener y reforzar los argumentos y la posición de las delegaciones de nuestro país que participan en los foros internacionales donde se discuten y se toman las decisiones acerca de la actividad humana en el continente blanco”, acotó.
Por otro lado, agregó, el Instituto Antártico Argentino “es una institución pionera en investigación científica antártica, que ha construido un gran prestigio a nivel internacional. Esto se debe a que define su política también como respuesta a la problemática científica actual, que es una actividad muy dinámica y muchos de los problemas a resolver cambian con el tiempo y con el avance del conocimiento”.
Consultado por Télam, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Xavier Isaac, afirmó que “la presencia de las Fuerzas Armadas en la Antártida contribuye a garantizar de modo permanente nuestra soberanía e independencia, integridad territorial y capacidad de autodeterminación como país bicontinental”.
“Las Fuerzas Armadas han desarrollado las actividades antárticas desde los inicios de la presencia del Estado Nacional en el continente blanco y como institución contamos con grandes próceres de renombre a quien seguir como ejemplo, el almirante Irízar, el alférez Sobral, el general Pujato, el vicemomodoro Olezza y otros tantos. Concretar la misión logística, geopolítica y de ejercicio soberano en apoyo a la ciencia y técnica de nuestro país”, ponderó.
Isaac señaló que “Argentina está buscando redefinir el despliegue logístico antártico, la atención al Atlántico Sur es una realidad y las Fuerzas Armadas deben adaptarse a los nuevos escenarios; es por ello que estamos desarrollando, con el apoyo del Ministerio de Defensa y la Cancillería, la Base Petrel que constituirá nuestro centro logístico, científico y de apoyo a las emergencias en la Antártida”.
El militar además indicó que la Fuerza Aérea Argentina avanza hacia la implementación de nuevos medios aéreos en la base Petrel, como la operación de aviones de transporte Saab 340 que podrían efectuar traslados y aeroevacuaciones de ser necesarias.
Respecto de lo que representan las operaciones antárticas como ejercicio para las Fuerzas Armadas, Isaac sostuvo que “la operación conjunta es fundamental. Si nos fijamos en la guerra de Malvinas, una de las grandes críticas al accionar de las Fuerzas, fue precisamente la falta de accionar conjunto de las mismas, es decir en la capacidad de planificar y actuar combinando las capacidades de las fuerzas”.
“Todas aportan al logro del éxito de la campaña antártica; es una actividad muy enriquecedora, que permite a cada fuerza conocer las capacidades de las otras fuerzas y ver cómo actúan. Eso permite no sólo cumplir con los planificado, sino que enriquece a los oficiales y suboficiales que participan. Se obtienen muy buenas experiencias”, completó el militar.
Al finalizar la campaña antártica, prevista para inicios de abril, se habrá realizado el traslado de 1.045 personas por modo aéreo y naval, el transporte 2.830 m3 de gas oil antártico, 2.551 tambores de combustibles varios, 800 tubos de propano, 170 m3 de víveres frigorizados, 368 m3 de cargas especiales (vehículos, maquinarias y motores) 1.376 m3 de cargas generales y 178 m3 de materiales de construcción.
También se habrá completado el repliegue más de 500 m3 de residuos a ser tratados en el continente, más la carga de repliegue a determinar oportunamente, junto al relevo y reabastecimiento de 7 bases permanente y la apertura y cierre de 6 bases temporarias.
Sobre la campaña antártica de verano, el jefe del Comando Conjunto Antártico, general de Brigada Edgar Calandín, afirmó a Télam que “es cuando se despliega la mayor cantidad de personal científico y técnico y también se realiza el relevo de las dotaciones que han invernado; durante este año unos 300 científicos han sido desplegados en la Antártida y el personal logístico y técnico que integran las dotaciones de bases y medios navales y aéreos alcanzan a los 1.200 mujeres, hombres y niños”.
Todas las operaciones son llevadas adelante por el rompehielos “Almirante Irízar”, junto a buques de transporte y avisos de la Armada Argentina, además de los aviones Hércules C-130 y los helicópteros Bell 212 de la Fuerza Aérea y los SeaKing de la Armada.
Fuente: Télam.