El pesquero “San Miguel”, que junto a más de 30 embarcaciones de Prefectura Naval y particulares participa del operativo de rastrillaje por mar, aportó el dato relevado con tecnología que lleva a bordo.
La novedad la informó el jefe de Zona Norte de Mar Argentino de la fuerza de seguridad marítima, prefecto mayor Daniel Cartagenova, pero era un dato que ya manejaban desde anteayer familiares de las víctimas, que suelen contar con información más pronta y certera de parte de la comunidad pesquera.
El anuncio lo compartió con Emilio Renda, responsable de Protección Civil del Ministerio de Seguridad de la Nación y parte del comité de crisis que se conformó para enfrentar este caso. Coincidieron en manejar con prudencia este dato y confirmar recién con resultados de estudios más específicos.
El hallazgo se da en la zona donde el domingo ya se había avistado una enorme mancha de hidrocarburos sobre la superficie, lo que hizo presumir que el “Rigel” podía estar hundido en las cercanías. También allí se rescató el cuerpo de Salvador Taliercio, capitán y uno de los dueños del buque.
La Armada Argentina, que aporta buques y aviones a este amplio rastrillaje, informó hoy el rescate de elementos a nombre de Fabián Rodríguez, el jefe de máquinas del “Rigel”. Se trata de algunos rieles, una caja de herramientas y una bolsa plástica con sus pertenecías detectadas y rescatadas por tripulantes del pesquero “Don Gaetano”, que participa del operativo de búsqueda.
Hasta el momento sigue sin aparecer la balsa salvavidas, que se debería haber activado y despedido del “Rigel” si es que el casco se fue a pique. Resulta notorio que trascurridos más de tres días de búsqueda no haya sido avistada desde los casi 40 buques y 4 aeronaves que relevan la zona del incidente.
Hoy las condiciones hidrometeorológicas habían desmejorado bastante, lo que en particular condiciona el sobrevuelo de aviones y más aún la esperada labor del equipo de buceo, que tiene por misión descender a profundidades apenas se tenga constancia de indicios claros de presencia de un casco hundido.
Algunos familiares, sobre todo los que tienen experiencia en la actividad pesquera, siguen con resignación este operativo porque entienden que a esta altura es muy difícil encontrar sobrevivientes. Otros todavía confían en un -a esta altura- milagro y se ilusionan con volver a abrazar a los marinos desaparecidos.
En lo que sí tienen coincidencia es en cuestionar el estado en que se encontraba la embarcación y, en este sentido, los controles previos que debió tener antes de zarpar, cuestión que atañe a Prefectura Naval Argentina.
Guillermina Godoy, madre del tripulante Nahuel Navarrete, insistió hoy que su hijo le había advertido de problemas y desperfectos que tenía el buque. “Espero y confío que pueda estar en la balsa, y que aparezca pronto”, dijo.
Este nuevo caso -cuarto naufragio trágico en cinco años con saldo acumulado de 22 muertos y 8 desaparecidos- despertó reclamos por el mal estado general de las embarcaciones y precariedades que afrontan quienes van a bordo.
Al paro total dispuesto por gremios del sector se sumaron gestiones ante autoridades para exigir medidas de seguridad. Trascendió hoy que Prefectura Naval Argentina sumará como exigencia que además de balsas los buques pesqueros de más de 8 metros de eslora lleven trajes salvavidas anti exposición que garantizan flotabilidad y protección térmica.
Fuente: La Nación