Con desafíos renovados y tratando de afrontar de la mejor manera posible los problemas que presenta la pandemia, Marcela Palmucci compartió en nuestra emisión radial de los sábados un panorama sobre la dura situación que le toca afrontar al Centro de Formación Profesional Nº 401.
“Costó mucho arrancar. Al no ser educación esencial, no estamos dentro de las prioridades. Entendemos eso, pero estamos de pie gracias a la ayuda del puerto, Profertil y distintas organizaciones. El Centro no estuvo atendido durante todo el 2020. Es un establecimiento muy grande y si no se mantiene es difícil ponerlo a punto. Todavía seguimos con tareas de mantenimiento y completando las certificaciones del 2020, que es lo más importante”, comentó Palmucci, regente del establecimiento que funciona en Dasso y Cabral.
“El rol del docente en el oficio es irreemplazable. Necesitamos que el alumno se conecte en el aula. Hicimos cosas virtuales, pero los certificados no van a llegar en ningún curso hasta lograr la etapa presencial que retomamos en marzo. Entendemos que la presencialidad es imprescindible, pero la salud está primero. Es una situación triste y aprendimos a acompañarnos entre todos. Tenemos alumnos que han perdido su trabajo, que han perdido familiares y, en muchos casos, con un panorama desolador”, amplió sobre el regreso al aula en este 2021.
“Habitualmente, año a año recibimos una partida de dinero desde Provincia para los insumos de los cursos, que este año aún no hemos recibido. Incluso, el Consorcio del Puerto nos está ayudando con internet. Históricamente hemos pagado ese servicio con fondos de la cooperadora, pero con la pandemia ese aporte dejó de estar. Lo mismo para garantizar la seguridad sanitaria de los alumnos. La estamos peleando. Amamos la institución y el esfuerzo de los instructores es muy grande”, remarcó Marcela.
Pese a todo, los vínculos y la oferta amplia de cursos se mantienen firmes en el CFP 401.
“Cumplo 24 años de los 36 que tiene el Centro. Uno tiene un ADN y corre la sangre whitense por las venas. Hemos tenido muchas satisfacciones y gente que ha mejorado su calidad de vida con las capacitaciones. Estamos muy conectados con los alumnos y trabajamos en red. Los apellidos del Centro siempre están presentes”, afirmó.
“Con respecto a los cursos, el de ciclomotores y soldadura generó mucha repercusión en los jóvenes. Los de gastronomía están al tope, es como un boom. Y los de informática son muy buscados. El problema que tenemos es que las 7 sub-sedes en las que trabajamos tienen muchos problemas para cumplir los protocolos, y eso nos llevó a cambiar la funcionalización de los cursos con sistemas de burbujas y reducción de horarios”, concluyó.
Por último, para cualquier interesado en formar parte de algún curso los requisitos son 16 años cumplidos y estudios primarios completos (los mayores de 60 no están autorizados por cuestiones sanitarias).