El escándalo por el aumento en las dietas en el Senado sumó un nuevo capítulo cuando se conoció que el mes próximo no solo iban a cobrar más del doble de que lo que percibían hasta ahora, sino que además iban a recibir una suba del 9% correspondiente a la paritaria que cerraron las autoridades de ambas cámaras con la Asociación del Personal Legislativo (APL). Así, los senadores iban a embolsar casi 8 millones de pesos en bruto mensuales. Esto es, casi 5 millones en la mano.
La noticia, que se conoció en plena discusión por la Ley de Bases y el paquete fiscal, generó tal revuelo que, por la tarde, los jefes de bloque elevaron una nota a la presidenta del cuerpo, Victoria Villarruel, para que se deje sin efecto este aumento del 9%. La intención, según supo LA NACION, es que en la próxima sesión se formalice esta decisión de dar marcha atrás con la suba, aunque anoche no estaba claro que la idea fuera a contar con el apoyo de todos los bloques.
El aumento del 9% que, en principio, percibirían los senadores si no dan marcha atrás, obedece a que en la sesión en la que la mayoría aprobó duplicarse las dietas, también se votó que los ingresos mensuales vuelvan a quedar “enganchados” a las subas que se dispongan en las negociaciones paritarias entre las autoridades del Congreso y APL. El último acuerdo cerró en un aumento del 2% en abril y del 7% en mayo pasado.
Estas subas, de concretarse, también impactarían en los gastos de representación –que treparían a $1,8 millón- y desarraigo –alrededor de $900 mil- para los que vivan a más de 100 kilómetros de la Capital.
“Nosotros firmamos la paritaria de los trabajadores, en línea con el Ejecutivo, pero los senadores en la sesión de abril ataron su dieta a los módulos, que se ajustan con la paritaria”, informaron desde la presidencia del Senado.
El escándalo mayor se desató en abril pasado, cuando una mayoría en el Senado votó a mano alzada una resolución, que comenzó a regir a partir de este mes, por la cual se dispuso que los legisladores percibirían un total de 13 dietas anuales -es decir, incluye el pago de aguinaldo, que hasta ahora no cobraban-, y que cada una de las mismas serían equivalentes a 2.500 módulos. A esto se suman otros 1.000 módulos por gastos de representación y un adicional de 500 módulos por desarraigo. Un módulo es la unidad con la que se calcula los sueldos de los empleados legislativos que, al momento de votarse la resolución, tenía un valor de $1802.
Así las cosas, los senadores cobraron este mes una dieta de alrededor de 4,5 millones netos (poco más de 7 millones de pesos en bruto) . Pese a que los integrantes de Pro y de La Libertad Avanzan -que no levantaron amagaron con proyectos para retrotraer estos aumentos, finalmente estos no se concretaron.
En Diputados
La bonanza que gozan los senadores contrasta con la situación que atraviesan los diputados en la Cámara baja, donde las dietas están congeladas desde diciembre pasado, una decisión que tomó el presidente del cuerpo, Martín Menem, para no contrariar al presidente Javier Milei. Así las cosas, el ingreso bruto de los 257 diputados oscila entre 1,9 y 2,1 millones mensuales. Es decir, cobran cuatro veces menos que sus colegas en el Senado.
Presionado por los legisladores, sobre todo los oriundos del interior –que advierten que ya no pueden costear su estadía en la Capital con estos ingresos- Menem se apresta a disponer una suerte de recomposición de las dietas de los diputados nacionales. Como estuvieron congeladas durante seis meses, el riojano evalúa recomponer lo perdido en ese lapso con un pago en tres cuotas mensuales, tomando como índice de actualización una cifra que estaría por debajo de la inflación -sería similar al de la movilidad jubilatoria-.
Menem accederá a descongelar las dietas a pedido de los bloques, que enviaron una carta al presidente del cuerpo en ese sentido la semana pasada. Sin embargo, hasta anoche no habían firmado la carta el presidente del bloque de la UCR, Rodrigo De Loredo, ni Gabriel Bornoroni, de La Libertad Avanza, bloque este último que -como en el Senado- prefiere mostrarse despegado de cualquier aumento en las dietas.
Las demás bancadas esperan que, cuanto antes, se descongelen sus ingresos. “El problema es que varios legisladores comenzaron a retacear sus viajes a la Capital, salvo que haya sesión, porque las tres cuartas partes de su dieta se va solo en pagar las noches de hotel. Hay quienes, cuando vienen, duermen en sus despachos. Así no podemos seguir”, confiesan en los altos mandos de los bloques.
Con respecto a la actualización a futuro de las dietas, Menem evalúa atar las subas al índice de movilidad jubilatoria o bien al aumento que dispongan las paritarias legislativas. “De ninguna manera vamos a replicar el zafarrancho que se aprobó en el Senado”, aseveró el riojano a los jefes de bloque opositores que, en vano, reclamaron por un aumento mayor.
Fuente: LN