El barco en cuestión se encuentra el sur del muelle Storni donde además están en situación de varadura el Cabo Dos Bahías y el Promarsa II, estas embarcaciones encallaron en abril de 2014, y en otro sector está el Cabo San Sebastián que tras inundarse su sala de máquinas terminó escorando a estribor, el 17 de agosto pasado, liberando combustible y sentinas.
Al estar las embarcaciones en zona intermareal cada día sufren movimientos de fluctuación, y al producirse la bajamar, el Cabo Buena Esperanza registra una leve escora a babor al quedar reposado en la arena, y teniendo en cuenta la gran presencia de líquidos en su interior es que se advierte de un posible siniestro con riesgo real de derramamiento de hidrocarburos.
Bomba de tiempo
“Existen tres barcos de Alpesca actualmente en condición de riesgo ambiental y la Justicia ya le ordenó a la Provincia que los limpiara y los retirara”, afirmó el Secretario de Ecología y Protección Ambiental municipal, Ignacio Agulleiro. A su vez, agrega que “los marineros que cuidan el Cabo Buena Esperanza nos llamaron la semana pasada muy preocupados porque dicen que inminentemente se va a tumbar como lo hizo el otro barco, pero la diferencia es que éste tiene 90 mil litros de gasoil. Ya se volcaron 25 mil después de repetidas advertencias y no se hizo nada. Ahora se van a volcar 90 mil litros más y van a seguir sin hacer nada. No queremos que se mire para otro lado porque hay tres barcos que son una bomba de tiempo y si cualquiera de esos tres, que tienen más gasoil que el San Sebastián, se da vuelta, el daño va a ser mayor”, manifestó el funcionario, contradiciendo las declaraciones realizadas desde el Ministerio de Ambiente de la provincia en el mes de agosto, donde aseguraron que se habían iniciado las tareas de limpieza del Cabo Buena Esperanza. “Si una empresa privada de cualquier tipo provoca una contaminación en el Golfo Nuevo, se le pide que lo remedie. Lo mismo le pedimos al Ministerio de Ambiente y a la gestión Buzzi”, indicó Agulleiro.
Piden informe semanal
Agulleiro criticó que a treinta días de ocurrido el evento, no se haya adrizado el barco que se había escorado. “Por eso, cada día que sube y baja la marea, el Cabo San Sebastián sigue produciendo un derrame de forma consistente. Pareciera como que el problema se terminó. Todos los días tenemos reclamos de vecinos y pescadores artesanales que ven afectadas sus redes y sus equipos de pesca, porque el pescado que sacan está impregnado con gasoil. También tenemos quejas de vecinos que hacen actividades náuticas recreativas y están indignados porque ven cómo en determinados lugares de la costa, cuando baja la marea, sale como una iridiscencia que relacionan al derrame y a su vez hay operadores de buceo de la zona que no quieren hacer público su reclamo por temor a represalias”, explica el secretario de Ecología del municipio, que reitera su crítica al gobierno provincial afirmando que “tendría que preocuparse y resolver el tema, desapareció y que no está en el lugar, así como tampoco pasa ningún informe. Nosotros pretendemos que la Provincia informe públicamente, cada semana, qué está pasando con el derrame. Sabemos que se derramaron más de 25 mil litros de gasoil que terminaron en el Golfo Nuevo y que no se hizo ningún tipo de remediación”.
Impacto ambiental, político o ambos
Ignacio Agulleiro agregó que, tras la orden judicial para que la Provincia realice la apropiada limpieza del barco y del combustible vertido, “la justificación del Ministerio de Ambiente es que se colocaron barreras de contención, pero las mismas, un día de olas o con un poco de marejada no funcionan. Otra respuesta fue que habían vaciado de agua el Cabo San Sebastián, pero esto no sirve de nada porque todos los días se llena de nuevo. Lo que hay que hacer es ponerlo en su lugar y sacarle todo el combustible que tiene. Los 25 mil litros de gasoil seguramente ya salieron, pero aún queda adentro aceite, líquido de sentina y lodos de funcionamiento. Escuchamos que dicen que esto es una situación política, pero no lo es. La Justicia ya ordenó a la provincia, al Ministerio de Ambiente, al ministro Musmeci y al ministro Coordinador Juan Garitano que tienen que limpiar esos barcos y retirarlos de ahí. Nosotros pretendemos que lo hagan porque están afectando fuertemente las actividades recreativas y comerciales de Puerto Madryn”.
El impacto al circuito turístico local
El secretario de Ecología de Madryn cuenta que “todos vivimos acá porque pretendemos un lugar sano y limpio. El Golfo Nuevo era nuestro estandarte de ecología, por las ballenas, la fauna marina y todo lo que representa. Hoy hay determinados lugares de la costa donde se ve que hay gasoil, por lo que deberían ir y limpiarlo”. En relación a las consecuencias que el actual derrame puede tener sobre el turismo, manifiesta que desde el municipio “queremos evitar que haya un impacto en la opinión pública. Lamentablemente esto ya rebotó e incluso hay medios de Buenos Aires que se han hecho eco de la noticia. El turista que está pensando en venir de vacaciones a Madryn porque valora específicamente las cuestiones ambientales de la zona, al haber habido un derrame ya no es una zona como la que querría venir a visitar. Esperamos que esto no ocurra y esto está muy relacionado con que los responsables hagan lo que tienen que hacer”, dijo Agulleiro.
Denuncias de pescadores y vecinos
Durante la última semana trascendió la denuncia de Claudio Pérez, pescador artesanal quien denunció que la red con la que trabajaba en la Zona 3 del parque ecológico El Doradillo, se había impregnado de hidrocarburos durante una jornada de trabajo. Sobre este punto, Ignacio Agulleiro sostiene que “esto no le pasó solamente a un pescador, personalmente me llamaron al menos cinco con la misma problemática, con redes que tenían olor a gasoil y el pescado que terminan sacando también impregnado”. El secretario explica que “una red de pesca artesanal es muy similar, salvando las distancias, a una red de contención. Esta, de alguna manera, evita que el hidrocarburo la atraviese entonces lo va concentrando. Las redes de los pescadores artesanales tienen entre 100 y 150 metros de largo, hacen una vuelta y terminan en una boca muy chica, de unos dos metros de ancho. Entonces, lo que hay en cien metros de mar lo van concentrando en esa boca. Uno de los métodos de remediación es similar, se hace con redes de algodón como en el caso de Comodoro Rivadavia, que se coloca dicha red alrededor del barco cuando se hace carga y descarga de combustible. Una vez terminado el proceso, cualquier rastro de combustible que haya caído es absorbido por el algodón o por el nylon, esto lo suben y la red se desecha o se quema”.
En cuanto a la falta de diálogo para encontrar una solución al combustible derramado en la zona del Golfo Nuevo, Agulleiro concluye en que “es una irresponsabilidad, la gestión de Martín Buzzi se caracterizó por mirar para otro lado cuando hay un problema, pensando que porque no lo miran se extingue. Deberían ocuparse y no ser irresponsables y tomarles el pelo a los habitantes de la ciudad. Les están faltando el respeto, el reclamo no viene solamente desde el municipio, sino que también lo hace Prefectura y la Justicia. Hay un reclamo consensuado y unificado y no tiene nada que ver con la política, sino con la realidad y la necesidad de desactivar el riesgo ambiental”. (Diario de Madryn)