El pan es un alimento presente en la mayoría de las casas no solo de Argentina, sino del mundo entero. Pero, ¿es saludable ingerirlo a diario?
Ya sea a la mañana para unas tostadas o para acompañar un plato en el almuerzo o cena, el pan siempre está. ¿Qué dicen los expertos al respecto? ¿Es recomendable dejar de lado las harinas?
Veamos los efectos que tiene en nuestro cuerpo el consumo cotidiano de pan blanco y pan integral, destacando las diferencias nutricionales y cómo afectan en aspectos clave de nuestra salud.
Alimentación saludable: esto recomiendan los expertos en salud sobre el consumo de pan
La Medical School de Harvard sugiere que, en una dieta equilibrada, el pan puede formar parte de nuestra rutina alimenticia diaria, siempre que se combine con alimentos ricos en grasas saludables y proteínas.
Es que, este producto realizado a base de harina, proporciona vitaminas del grupo B, hidratos de carbono y minerales esenciales como fósforo, magnesio y potasio.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece pautas para distribuir el consumo de pan a lo largo del día, permitiendo unos 40 o 60 gramos por comida, lo que podría ser traducido a unos 250 gramos diarios.
Para aquellos con una vida activa y cercana al deporte, la cantidad puede aumentar hasta 400 gramos, adaptándose a las necesidades calóricas de cada individuo.
Sin embargo, la calidad del pan es crucial. Por ejemplo, el pan integral, con más ácidos grasos esenciales, minerales, vitaminas y fibra, se presenta como una opción más saludable en comparación con el pan blanco.
Por esto mismo, la ciencia sugiere que los efectos en el cuerpo dependen del tipo de pan y la cantidad que se consuma. Mientras que el pan integral puede ser beneficioso, aportando fibra y ayudando al control del azúcar en sangre, el pan blanco, elaborado con harinas refinadas, puede generar picos de azúcary contribuir a problemas como la diabetes.
Cuando evaluamos las propiedades nutricionales, el pan integral se destaca por ofrecer beneficios superiores al pan blanco. Aunque la diferencia calórica es mínima, con 277 calorías en el pan blanco y 258 calorías en el integral por cada 100 gramos, la diferencia sí es evidente en cuanto a la fibra.
Según la Fundación Española de Nutrición, el pan integral lidera con 8,5 gramos de fibra, mientras que el pan blanco aporta solo 2,2 gramos en la misma cantidad.
La composición nutricional del pan blanco y pan integral, con este último ofreciendo más nutrientes esenciales, marca la diferencia y la importancia de elegir conscientemente qué pan consumir diariamente.
Es esencial leer las etiquetas y elegir conscientemente, evitando panes con aditivos innecesarios.
Beneficios del pan integral
- Aporte de fibra: contribuye al tránsito intestinal. Además, controla los niveles de azúcar y favorece el mantenimiento del peso.
- Menor aumento de azúcar: comparado con el pan blanco, los cereales integrales presentan índices glucémicos más bajos, lo que beneficia a la salud cardiovascular y reduce el riesgo de diabetes.
- Saciedad y control de peso: la fibra y la absorción más lenta del pan integral pueden contribuir a una sensación de saciedad, facilitando el control del peso.
Desventajas del pan integral
No todo es color de rosas para el pan integral en su lucha por diferenciarse del pan blanco.
- Alto en calorías: su densidad puede llevar a un mayor contenido calórico en comparación con el pan blanco, lo que hará que tengas que controlar mejor las porciones diarias.
- Menos atractivo para algunos: el sabor más intenso y la textura densa del pan integral pueden no ser del gusto de todos.
¿Adiós a las harinas? Cuáles son las alternativas posibles al pan
Si buscas reducir el consumo diario de pan, existen alternativas. Algunas de ellas son las siguientes:
- Avena
- Tortitas de maíz
- Tortitas de arroz
- Batidos de verduras
- Batidos de frutas
Antes de realizar o modificar un plan alimenticio, se recomienda consultar con un especialista.
Fuente: El Cronista